El presidente de las Cámaras de Comercio, Manuel Teruel, ha indicado en declaraciones a Ep que las organizaciones «llevaban tiempo preparándose para este día» y que «ahora asumen el reto con decisión».

El organismo cameral destaca que el nuevo marco normativo, cuyo anteproyecto de ley ha aprobado este viernes el Gobierno, confirma el «importante papel y protagonismo» de las Cámaras para prestar aquellos servicios que demandan las empresas «en estos difíciles momentos de recesión y de desempleo».

«Cogemos el guante porque la economía y el empleo nos necesitan», ha recalcó Manuel Teruel.

La red de Cámaras de Comercio, por tanto, se presenta como «un imprescindible instrumento para coordinar, optimizar e impulsar recursos destinados al desarrollo de políticas publico-administrativas y de prestación de servicios a las empresas, destinados a acelerar la recuperación económica, la generación de riqueza y empleo», subrayan desde la organización.

Entre las funciones de las Cámaras que recoge el nuevo marco regulador, destaca la elaboración del Plan Cameral para la Internacionalización de las pequeñas y medianas empresas, con el fin de aumentar su base exportadora, así como el Plan de Competitividad de la Empresa Española, que recogerá el conjunto de las funciones públicas que deben desarrollar las Cámaras de Comercio en apoyo de las empresas españolas, en especial las pymes.

También destacan su papel en el desarrollo de un modelo de formación profesional dual, que dé una respuesta eficaz a la «dramática» situación del desempleo juvenil, así como su nuevo cometido en la coordinación de las Cámaras de Comercio en el exterior.

Por último, recuerdan que la nueva norma no recupera el recurso cameral y, por tanto, la financiación de estos organismos se basará en los ingresos que generen por los servicios que presten y por las aportaciones voluntarias de las empresas, además de por los fondos europeos que se puedan obtener.

La supresión de este canon ha llevado a las Cámaras ha realizar un duro proceso de reestructuración «en silencio», según Teruel, pasando de 3.600 a 1.600 empleados.