Don Juan Carlos el viernes hizo sus habituales dos horas de recuperación y su trabajo de despacho en La Zarzuela, pero envió un telegrama para ser leído en público y delegó presidir la Jura de Bandera en El Pardo en los príncipes, aunque un miembro de su familia estaba entre los 160 civiles que le rindieron ayer lealtad a él y a España. Don Juan Carlos se está reservando para acudir, junto a la reina el próximo viernes 17, al palco del Bernabéu a las 21.30 a presenciar la final de la Copa del rey entre el Atlético y el Real Madrid. Es habitual que el monarca o alguno de los miembros de su familia suelan presidir las juras de bandera con civiles, que se hacen una vez al año en el cuartel de “El Rey” en El Pardo. La de ayer fue la segunda vez que la presidían los Príncipes de Asturias juntos en ese cuartel, la anterior había sido en 2004 poco después de casarse e incluso, Letizia acudió sola en 2010.

“¡ Españoles ¡ ¿Juráis o prometéis por vuestra conciencia y honor guardar la Constitución, con lealtad al Rey y, si preciso fuera, entregar vuestra vida en defensa de España?” En ese momento Simoneta Gómez-Acebo, junto a 159 civiles más, de pié delante de la bandera y enfrente de su madre, la Infanta Pilar y de sus primos Letizia, que no ha jurado bandera, y vestía falda y chaqueta con pasamanerías pastel y Felipe de Borbón, con uniforme de gala de teniente coronel del Ejército de Tierra, gritaba como una sola voz y firmemente; “Sí, lo hacemos”.

Desde ayer a las 12.20h, Simoneta Gómez-Acebo, ha redoblado su compromiso con su país y con su tío, jurando bandera en la explanada del Cuartel de “El Rey” en El Pardo. “Para mí ha sido un orgullo y estoy muy emocionada. Y encima, con la suerte de que mi madre ha decidido acompañarme en este día tan importante para mi”. Previamente, a cada jurando, les habían entregado un Certificado de Formulación del Juramento o Promesa ante la bandera firmado por Ramón Álvarez de Toledo que fue uno de los nueve ayudantes del rey y ahora, Jefe de la Guardia Real y que les advirtió; “Como vuestro Coronel que soy desde hoy os digo que la jura os compromete a, si preciso fuera, combatir codo a codo con los guardias reales que tenéis enfrente vuestro”.

Desde mayo de 2004 cualquier español, mayor de edad, que no haya sido declarado incapaz puede jurar bandera, sólo tiene que ir a la subdelegación de Defensa, apuntarse y elegir el cuartel en el que quiera jurar. Simoneta Gómez-Acebo, cuando llamó a Ramón Álvarez de Toledo, Coronel de Infantería, para decirle que quería jurar bandera, también tuvo que cumplir los requisitos y eligió hacerlo “en casa” con la Guardia Real y también, por ser una de las juras más vistosas y emocionantes para los civiles. La sobrina del rey, con un sencillo vestido negro y zapatos con plataforma, ha sido la cuarta en besar la Bandera, después de haber jurado “Sí, lo hacemos” en voz alta con el resto de jurandos y lanzar vivas al rey y a España, mientras la unidad de música de la Guardia Real interpretaba “Orgia Real” más conocida como “Banderita española”.

La hija de doña Pilar conocía el procedimiento porque su hermano Fernando Gómez-Acebo, ya había jurado en ese mismo cuartel y además, es alabardero de honor. Por cierto, que la infanta vestida de rojo se pasó la hora y veinte minutos erguida en el palco de honor, a pesar de sus problemas en las piernas, detrás de los príncipes, que tampoco se sentaron en ningún momento.

Es costumbre, que una vez al año, jure bandera personal civil en El Pardo. Ayer fueron 160 personas entre los que se encontraban, además de Simoneta Gómez Acebo, un descendiente de Don Rodrigo Díaz de Vivar, El Cid, Iñigo de Arteaga, conde del Cid, un policía foral navarro y un sacerdote, Javier Igea, de la comisión episcopal. Todos ellos han jurado lealtad, teniendo como testigos, entre las personalidades civiles, a la delegada del gobierno, Cristina Cifuentes y al presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González.

Estuve ayer en la ceremonia y entiendo perfectamente que Simoneta, haya querido jurar bandera en ese lugar porque se te ponen los pelos como escarpias al escuchar el himno nacional versión larga, mientras lanzan 20 salvas de honor (con cañones de hierro como los usados el 2 de Mayo contra los franceses) o el acto final con el homenaje a los caídos cuando 700 guardias reales a pleno pulmón desgranan “La muerte es el final” y la parada militar con los coraceros, lanceros, alabarderos, artilleros con sus caballos hispano-bretones y hasta los coches históricos de Patrimonio también desfilan con la alhaja de la Corona un Mercedes G4 del que sólo existen 50 unidades (y no 4 como dice la leyenda y que fue regalado por Hitler a Franco) en todo el mundo y que sólo desfila en las juras de bandera de la Guardia Real.