La prudencia puede esperar

17/05/2013

Miguel Larrañaga. Está visto que Wall Street no quiere siquiera oír hablar de prudencia. Bastaron un par de datos positivos para que tuviéramos una sesión alcista de principio a fin.

Nuevos máximos históricos y subida sustancial en un tercer viernes de mes, con vencimiento de opciones incluido en el precio. No está nada mal. Aquí nadie quiere parar y el mercado sigue decidido a tirar hacia delante.

Eso sí, enseguida te dicen aquello de «subirá mientras no haya evidencia real de que los estímulos se van a ir retirando», lo que equivale a «no sabemos que está pasando y buscamos una explicación razonable».

Ahí está precisamente el problema. El mercado no hace las cosas de forma razonable, sino visceral. Y ahora es visceralmente alcista, como en otras ocasiones es visceralmente bajista. Y lo seguirá siendo hasta que Bernanke diga que se va a poner fin a la QE3. Mientras tanto, parecen decididos a seguir su carrera hacia las alturas sin siquiera mirar hacia atrás.

Y si encima ponemos sobre la mesa un índice de confianza del consumidor no visto en años, por bueno, y un Índice de la Conference Board también sorpresivamente bueno, tenemos un cóctel preparado en la coctelera y solo hace falta agitarlo. Y lo agitaron, vaya si lo agitaron.

Al cierre, el Dow Jones subió un 0,80%, el S&P 500 un 0,95% y el Nasdaq Composite un 0,97%.

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