Creo que el aliciente mayor para dejar Loewe es irse a vivir a Nueva York. A estas alturas da igual para quién diseñes o lo que diseñes. Todo es puro marqueting y empresas enormes sin «alma». Con lo cual el atractivo tiene que estar en otras cosas como cambiar de país. Y lo entiendo porque una persona, como el inglés Stuart Vevers, que en cinco años aún no había aprendido español, ni parecía integrado -aunque me dijeron una vez que estaba aprendiendo a bailar flamenco…- es razonable que le ofrezcan irse a vivir a Nueva York y diga; YES. y más en la semana de la moda masculina a horas de presentar colecciones. Todo muy razonable.
No es que Loewe sea un ejemplo de empresa española, que no lo es porque es francesa, pero lo podía haber disimulado un poco en todo este tiempo. Otra cosa que me sorprendía era el equipo Vevers, con ausencias españolas y eso que tenemos mucho talento nacional.
Alguien como Nicolás Vaudelet, que aúna la cultura francesa y española, que es perfeccionista, moderno, empático, exquisito y culto, sería un ejemplo de diseñador perfecto para Loewe. Ahora que el grupo anuncia cambios como la escapada a Coach de Stuart Vevers o el cambio de Delphine Arnault de Dior a Vuitton, puede que sea el momento de fichar a alguien que comunique la esencia de Loewe desde el cariño y no desde la distancia.
Que campañas disparatadas pero muy aireadas, como ese video de los blogeros/diseñadores/actores y etc con bolsos en la cabeza diciendo; Y pumba, pase pronto a la historia. Y que Loewe emita de una vez por todas un comunicado.
Adiós Stuart Vevers.
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