Serra Ramoneda: «No tengo miedo a que me llamen ladrón, sino tonto»

15/07/2013

J.C. Valero. Antoni Serra Ramoneda, catedrático emérito de Economía de la Universidad Autónoma de Barcelona y ex presidente de Caixa de Catalunya, ha asegurado a TV3 no tener “miedo de que me llamen ladrón (…) sino tonto por no haberme aprovechado durante 20 años y por salir de Caixa Catalunya tan pobre o tan rico como cuando entré”.

Veinticuatro horas antes de que comparezca Narcis Serra ante la comisión del Parlament de Cataluña que investiga las posibles responsabilidades derivadas de la actuación y de la gestión de las entidades financieras y la posible vulneración de los derechos de los consumidores, su antecesor en el cargo hasta 2005, Antoni Serra Ramoneda, ha avanzado lo que dirá en su comparecencia en la misma comisión del Parlamento del próximo día 29. En relación a las acusaciones de latrocinio que algún diputado lanzó al que fue hasta ahora director general de Catalunya Caixa, Adolf Todó, Serra Ramoneda ha confesado hoy: «No tengo miedo de que me digan ladrón. Lo que tengo miedo es que me digan tonto. Tonto por no haberme aprovechado, durante estos veinte años, y porque salí de Caixa Catalunya tan pobre, o tan rico, como cuando entré. Porque hay gente que me dice: «¿Cómo es que no te vas aprovechar?»

El profesor emérito de Economía asegura que entró en Caixa Catalunya “como bombero”. El consejero de Economía de la época, el convergente Josep María Cullell, y el entonces presidente de la Diputación de Barcelona, el socialista Antoni Dalmau, “me cogieron y me dijeron:  si no entras en Caixa Catalunya, que está intervenida en ese momento, deberá cerrar”. Serra Ramoneda subraya que “me pusieron la pistola en el pecho, y tuve que decir que sí, sin cobrar ni un duro, durante bastante tiempo, porque el cargo era honorífico y gratuito … Y si se pusieron de acuerdo convergentes y socialistas en mi nombre, fue porque nadie sabía a quién votaba yo», en alusión a su independencia.

En una entrevista emitida por el programa “Las mañanas” de TV3, el ex presidente de la caja ahora nacionalizada ha justificado las razones por las que una entidad como Caixa Catalunya se pueda ir al traste diez años después de su presidencia. En su opinión, con la mera “sospecha de que una entidad puede tener problemas, tiene problemas inmediatamente”. Y ha apostillado que “aunque esté muy saneada, basta con un rumor para que la gente enseguida se alarme y empiece a retirar depósitos”.

La segunda sesión de comparecencias ante la comisión investigadora del Parlamento catalán sobre el derrumbe de las cajas empezará el martes a primera hora con la comparecencia de Narcís Serra, a quien le seguirá la declaración de Joan Ràfols, secretario del consejo de administración de Catalunya Caixa, y de los representantes del Sindicato de Ahorro de Cataluña en la misma entidad, Raquel Puig y Jordi Campins.

Cataluña gana con un gran banco

Para Serra Ramoneda, «ha llegado la hora de que se hable de cuáles son los problemas que han llevado a este final esperpéntico de las cajas de ahorros”. A su juicio, ha sido esperpéntico porque, “sobre todo en Cataluña, teníamos unas cajas muy importantes, y hoy han desaparecido prácticamente todas, salvo una que es la más importante, y que ha dejado de ser una caja”. En su opinión, visto desde el punto de vista catalán, “quizás hemos ganado teniendo un gran banco catalán, algo en lo que sabemos que los catalanes, históricamente, siempre habíamos fracasado a la hora de tener una banca importante, en consonancia con nuestra economía”. A cambio, Serra Ramoneda indica que “el aspecto negativo es que teníamos un conjunto de nueve cajas más que cumplían una función muy importante, si no cuantitativamente, sí cualitativamente hablando. Y éstas ya no están, y eso se notará en el funcionamiento de la economía catalana”, asegura.

En cuanto a los afectados de las preferentes de Catalunya Caixa, para quien fue su presidente “falta cuantificar cuántas eran de antes de 2004 y cuantas de después” para así atribuirle o no la responsabilidad, porque Serra Ramoneda abandonó la presidencia en 2005. Según declara ahora, “el porcentaje en mis veinte años fue muy pequeño”. Respecto a su responsabilidad en la gestión, Ramoneda ha justificado su actuación en que no era un presidente ejecutivo, porque “siempre quise cumplir con la legislación vigente, sobre todo en cuanto al funcionamiento de los órganos de gobierno”. En este punto, el ex presidente de Caixa Cataluña ha argumentado que la legislación vigente decía que el presidente no es ejecutivo, “y eso quiere decir que no toma las decisiones. En todo caso –añade-, supervisa las decisiones que toma el director general. Y yo fui muy cuidadoso siempre de no pasarme de las competencias que yo tenía”.

Cien mil euros en dietas

Respecto a su remuneración, en la misma entrevista en TV3, Serra Ramoneda ha dicho que “la normativa decía que los cargos de consejeros y presidente serían honoríficos y gratuitos”, por lo que “yo lo seguí al pie de la letra, y sólo percibí, al final, las dietas que la Generalitat permitía. Y lo máximo que debía cobrar era, en bruto, cien mil euros».

En cuanto al estallido de la burbuja inmobiliaria, quien fue presidente de Caixa Catalunya durante veinte años asegura que «las cajas de ahorros, y Caixa Catalunya particularmente, estaban especializadas en el crédito hipotecario”, y que su personal “ era lo que sabían hacer, dar estos créditos, y, en cambio, cuando venía una empresa, pequeña, y pedía un crédito de descuento de letras, nuestro personal tenía tendencia a rechazarlo, porque no sabían muy bien cómo funcionaba». De esta manera, reconoce que “hubo demasiados créditos, sí, pero el problema de las cajas ha sido otro”.

A juicio de Serra Ramoneda, el principal problema de las cajas, “del que se habla poco”, ha sido que la mayoría tenían un déficit de recursos propios, al límite de la legalidad, y, de repente, la legislación cambió, y, de un día para otro, incrementaron las exigencias de recursos propios de manera muy considerable. Casi el doble”.

En cuanto a las fusiones entre entidades, quien presidió Caixa Catalunya hasta 2005 opina que la de las tres cajas que dio lugar a Catalunya Caixa “no fue positiva”. Una opinión que extiende al resto, ya que “ninguna de las fusiones impulsadas por el Banco de España ha sido positiva, ni una”. Según ha declarado, el gobernador de la época puso la pistola en el pecho a las cajas que tenían algún problema y necesitaban alguna ayuda, aunque fuera temporal, del Banco de España, condicionando la ayuda a la fusión”.

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