La dimisión de Mariano Rajoy

15/08/2013

Joaquín Pérez Azaústre.

Todo lo que no sea la dimisión inmediata de Mariano Rajoy es abocar el país a su mayor crisis de representación durante su vida democrática. Por ahora le está salvando el verano, pero ni siquiera el calor puede impedir que la gente revise sus palabras.

El todavía presidente del Gobierno aseguró en sede parlamentaria que desde que se hicieron públicas las cuentas millonarias de Luis Bárcenas en Suiza, el ex tesorero no había tenido contacto alguno con el Partido Popular. Fue en ese momento, haciendo semejante afirmación en el Congreso de los Diputados, sede de la soberanía nacional y de su representación ciudadana, cuando Rajoy ligó su futuro político a la biografía de Luis Bárcenas: porque de demostrarse que estaba mintiendo –no sólo a los diputados, sino a toda la población- quedaría invalidado, moralmente –y a la espera de poder dilucidar otro tipo de responsabilidades, especialmente las judiciales- para ejercer ningún cargo de representación pública; y mucho menos, la presidencia del Gobierno.

Pero ahora sabemos que tras hacerse públicas esas cuentas de Bárcenas en Suiza, continuó teniendo coche oficial, secretariado, despacho en Génova y sueldo, durante varios meses. La cifra, mareante: nada menos que 18.000 € al mes. Al mes. En la España del sacrificio y de ajustarse el cinturón, la España del desabastecimiento en Educación, Becas, Sanidad, la España del recorte del recorte, y no sólo presupuestario, sino también de derechos laborales, porque nos resultaban, según este Gobierno, demasiado caros. Ahora, en plena calima agosteña y con cierta nostalgia de la brisa otoñal, Rajoy se está librando de la quema –y cada vez hablo menos en lenguaje figurado- porque la gente trata de olvidarlo bebiéndose un vasito de sangría. A fin de cuentas, este 2013 hemos trabajado demasiado y Rajoy cae tan mal que preferimos no pensar en él, aunque todos los datos apunten que, además de cenizo, es un corrupto.

Independientemente de sus guerras intestinas –Cospedal-Bárcenas-Arenas…-, al ciudadano le preocupa el fraude, el timo, tanto engaño. Esta gente lleva décadas siendo adalides de la eficacia económica, y al parecer acumulaban dobles sueldos y adjudicaban contratas públicas a las empresas que hacían esas donaciones, para mantener un tren de vida no sólo ilegal, sino alejado del discurso de la eficacia austera.

El riesgo es perder el Estado de Derecho, dejar el paso abierto al populismo. O dimite Rajoy, y esto se limpia, o la democracia está en peligro.

¿Te ha parecido interesante?

(+5 puntos, 5 votos)

Cargando...

Aviso Legal
Esta es la opinión de los internautas, no de diarioabierto.es
No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
Su direcciónn de e-mail no será publicada ni usada con fines publicitarios.