Que Estados Unidos es un país de especuladores y apostadores no lo duda nadie, pero lo lógico es que cuando alguien accede a un determinado cargo no se muestre como tal en público y modere su discurso.

Pues no. Los excelsos miembros de la Reserva Federal siguen erre que erre hablando en público de los plazos posibles para la retirada de los estímulos. Y los más gracioso es que los que más hablan son aquellos que no tienen derecho a votar semejante decisión.

Ahí tenemos a James Bullard, jefe de la Fed de San Luis, sugiriendo que la Reserva Federal no tiene prisa por retirar los estímulos porque la inflación está en niveles muy bajos para, a continuación, expresar mil y una veces si parecer de que los estímulos serán retirados antes de lo que se piensa.

En parecidos términos se manifestó Richard Fisher, presidente de la Fed de Dallas, para quien las cosas van a ir más deprisa de lo que todos piensan porque el hecho de que haya un desbarajuste fiscal y presupuestario no va a influir en absoluto en la toma de decisiones por parte de la Reserva Federal.

Por fín, Eric Rosengren, presidente de la Fed de Boston y con derecho a voto en el comité decisorio, fue mucho más cauto y se limitó a decir que un retraso en la retirada de los estímulos no tendría apenas impacto sobre el balance de la Fed, lo que viene a ser un motivo técnico más para no ir con prisa.

Ahí los tienen. Cualquier lugar es bueno para seguir con el debate fuera de la Fed, a pesar de que se ha demostrado durante ya muchos meses que no tiene impacto alguno en las decisiones que finalmente toman los que tienen que tomarlas.

Lógicamente, esto desorienta al mercado. El asunto de los estímulos es la piedra angular sobre la que descansa un mercado que de no ser por la liquidez extraordinaria y la ausencia de activos competidores estaría muy lejos de sus máximos históricos. Y todos parecen empeñados en dar al traste con el asunto. Mucha lógica no tiene, pero esto funciona así.

Pero como en el mercado la lógica es algo que suele brillar por su ausencia, en realidad a nadie le sorprende la historia que estamos viviendo. es más, todos tratar de amoldarse a lo que hay y ganar sus migajas diarias al margen de otras tonterías.

Así, todo sigue su curso, incluso las subidas con cuentagotas en los índices. Al cierre, el Dow Jones avanzó un 0,15%, el S&P500 un 0,36% y el Nasdaq Composite un 0,37%. Es realmente significativo que el Dow Jones siga tan de capa caída. No me gusta un pelo.