Hace unos días se produjo una débil señal de entrada en el sistema de inversión que llevo desde hace tiempo en mi blog y dije a mis lectores que esta vez me abstendría de comprar ningún valor europeo porque era poco menos que jugar a la ruleta rusa.

Las razones que se esconden detrás de esa decisión se representan bien en el gráfico del Dax y el Oscilador McClellan referido a los principales mercados de la Eurozona hasta ayer. Se trata de un indicador de amplitud obtenido a partir de la suma de los valores que suben y bajan cada día en los mercados de España, Italia, Alemania, Francia, Bélgica, Holanda y Portugal y presenta la siguiente anomalía:

El índice sigue subiendo, pero el indicador está marcando claramente que el número de valores a la baja es sensiblemente superior a los valores a la baja en el conjunto de los valores de la Eurozona. En estas condiciones, pueden pasar dos cosas. Una, que el Dax pueda con todos y arrastre al resto de Europa. Otra, que se imponga el peso del conjunto de los mercados europeos y el Dax no pueda con todo. ¿Qué sentido tiene entrar en el mercado en un momento en el que puede comenzar un recorte? Esa era la pregunta que me hacía y la razón por la que preferí no entrar en este momento.

Puede que el mercado me quite la razón, pero es que me importa poco llevarla o no. La Bolsa es suficientemente caprichosa y complicada en condiciones normales que no es necesario añadir emoción con entradas en condiciones difíciles. Puede que lo sucedido hoy no sea más que una falsa alarma y que el Dax pueda con todo, pero en periodos de inestabilidad es mejor dejar los mercados a los profesionales.

Y los profesionales hoy han dedicado la jornada a retirarse con los beneficios. Tengamos en cuenta que los grandes del mercado ha podido ganar más de 20.000 euros por contrato en el futuro del Dax desde el pasado mes de julio.¿No podría usted a salvo sus ganancias? Pues a eso han dedicado la jornada y sin dudarlo un momento.

La espoleta que encendió los ánimos fue el análisis sosegado de los resultados del ISM estadounidense de ayer.¿Qué dice el análisis? Pues, sencillamente, que el dato fue magnífico y eso pone de nuevo sobre la mesa la posibilidad de una rápida retirada de los estímulos que la Fed mantiene en forma de compra de bonos para inyectar liquidez al sistema.

Y este análisis reactivó el miedo. El mercado no quiere oír hablar de la retirada de los estímulos en Estados Unidos. Tiene pavor a funcionar sin su ración mensual de droga en forma de 65.000 millones de dólares, seguramente porque sabe de sobra que la situación macroeconómica no se corresponde con los niveles alcanzados por los mercados de valores.

Al final, los índices europeos no resistieron la presión y cerraron no sólo a la baja, sino marcadamente a la baja y en mínimos del día. Si es un susto o algo más el tiempo lo dirá. De momento, lo único que sabemos es que el Dax se dejó un 1,90%, FTSE un 0,95%, el CAC un 2,65% y el Ibex un 1,44%.

Por cierto, se me olvidaba. La reacción de los analistas a la genialidad de Montoro de quitar de un plumazo los 3.600 millones destinados a las eléctricas de los Presupuestos de 2014 ha sido la esperada: rebaja generalizada de recomendaciones.