Es curioso. Está ‘oficialmente’ muy preocupado el mercado por el asunto de la retirada de estímulos y ésta muy pendiente de la evolución del empleo, así que una mala noticia en relación con el empleo debería haber servido de nuevo para el ‘cuanto peor, mejor‘ al que tan acostumbrados estamos últimamente.

Pues no. El dato de peticiones iniciales de desempleo fue malo, mucho peor de lo que se preveía. Hubo más peticiones de prestación de lo previsto y muchas más que en la semana anterior. Y el mercado se lo ha tomado a mal. Tampoco le ha gustado. ¿Alguien lo entiende?

No es tan complicado. Las excusas no valen cuando los índices se empeñan en irse hacia abajo. Es pura ley de la gravedad y por eso a los grandes les va peor y el Dow Jones lo nota especialmente. Pesan más y por tanto es más fácil que desciendan por la pendiente que le brindan unos inversores vendiendo todo el papel ante la tesitura de que la Fed pueda decidir la semana que viene la retirada de los estímulos.

Y es que a pesar de que se va imponiendo poco a poco la idea de que la retirada será muy gradual, el rumor de que Stanley Fischer puede convertirse en vicepresidente de la Fed ha puesto nervioso a más de uno. Fischer fue gobernador del Banco Central de Israel (tiene la doble nacionalidad) hasta principios de este año, es profesor del MIT y se ha mostrado menos partidario de imprimir billetes que la llamada a suceder a Bernanke, Janet Yellen. Ya se habla de ‘contrapeso’ y cosas por el estilo.

¿Y el gráfico, qué dice? Técnicamente, la manera más ‘tradicional’ de intentar anticiparse al fin de una corrección es el siempre complicado recuento de ondas y lo que presenta el gráfico de 15 minutos es una posibilidad remota de que pueda haber concluido:

Ha hecho un primer máximo ascendente al rebasar la línea azul superior, pero si baja de la línea azul inferior el recuento no valdrá y habrá que volver a empezar.

A favor de que el final de la corrección pueda estar en estos niveles está la confluencia de niveles de Fibonacci en esta zona así como el hecho de que en el gráfico diario habría dejado una impecable corrección en A-B-C de esas que hacen las delicias de los puristas.

En contra, la lógica de que mientras la Fed no se pronuncie, el mercado no se va a lanzar por su cuenta a subir. Pero esto de la lógica no es algo de lo que el mercado pueda alardear, precisamente.

Al cierre, el Dow Jones se dejó un 0,66%, el S&P 500 un 0,38% y el Nasdaq Composite un 0,14%. Hay que hacer notar que el Nasdaq incluso coqueteó con las ganancias a lo largo de la sesión.