Lógicamente, todo depende de la Fed. Con una reunión que todos anuncian como decisiva apenas unos días por delante, jugar a valientes no tiene demasiado sentido. Siempre es más cómodo jugar a cobardes, pillar a los pardillos, hacer beneficios y si se puede comprar comprar más abajo, aprovechar la ocasión.

Pero incluso con un planteamiento de este tipo, lo que están haciendo los mercados europeos es un poco de falta de sentido, de fuerzas y de rumbo. En realidad, nada nuevo bajo el sol en un mercado acostumbrado a vivir a la sombra de Wall Street permanentemente y al que el euro no ha terminado de cohesionar. El simple hecho de compartir moneda no presupone mucho más, porque no se comparten políticas, ni criterios, ni objetivos …

Y si encima tenemos a una de las empresas en las que el mercado suele fijarse dando la voz de alarma, apañados estamos. Peugeot ha admitido que sus previsiones para este año eran demasiado optimistas, que está con el agua al cuello y que un socio chino y el Estado francés vienen al rescate vía ampliación de capital.

¿Al rescate? se preguntarán. ¿No tenía un pacto con General Motors? Bien visto, tenía. Los americanos han vendido hasta las cajas de zapatos en las que guardaban los títulos del grupo automovilístico francés y lo han hecho a un precio sensiblemente inferior al del mercado, añadiendo presión a un valor ya presionado por un profit warning.

Vayamos al gráfico del Dax, que ya saben ustedes que para mí es el índice que manda en el Viejo Continente:

En velas de 15 minutos puede apreciarse cómo la última formación, en azul, debe bajar aún un poco más y que, siguiendo la pauta, hoy ha intentado una tímida recuperación que ha quedado abortada.

Si tuviera que apostar a algo en este momento, apostaría por un nuevo retroceso hasta el entorno de los 8.960-8.950 puntos, donde confluyen varios retrocesos de Fibonacci y el objetivo del HCH roto días atrás. Pero recuerden que la próxima semana tenemos la reunión de la Fed y desde ese momento puede pasar cualquier cosa, desde una recuperación galopante al hundimiento más absoluto. Lo que no es previsible es que el mercado no reaccione de alguna manera.

Por lo que se refiere al mercado español, destacar que hoy ha tocado la corrección a los valores constructores, con FCC y Sacyr encabezando las pérdidas, que a Gamesa y a Bankia parece haberles sentado muy bien su vuelta al Ibex y se sitúan en la zona de cabeza de las ganancias. Y volvemos a las andadas con el Santander y Telefónica, que andan de capa caída.

Al cierre, el Dax se dejó apenas un 0,12%, el FTSE un 0,08%, el CAC un 0,23% y el Ibex avanzó un ínfimo 0,01%. Estamos sin rumbo y sin fuerzas a la espera de que la Fed y Wall Street dicten el siguiente capítulo de esta historia.