Entra dentro de la lógica que los que dirigen este cotarro no quieran correr riesgos justo el día anterior a que la Fed concluya una reunión de la que deberían salir algunas pistas sobre el calendario del ‘tapering’, si es que no salen ya algunas decisiones.

Y, por una vez y sin que sirva de precedente, el mercado actuó con lógica. A pesar de que la mayor parte de los analistas sigue apostando porque la retirada de estímulos no comenzará hasta el próximo año, una cosa es la apuesta de los analistas y otra muy distinta que sus palabras vayan a misa. Es más, fallan mucho.

No hay que dejar de valorar el hecho de que los mercados europeos hayan vuelto a reaccionar peor a los datos americanos que la propia Bolsa americana. A este lado del Atlántico hay más miedo a que la decisión del ‘tapering’ sea inmediata que en Estados Unidos. Allí confían en que el bajo nivel de inflación lleve a la Fed a repensar su estrategia.

¿Es por el distinto grado de cercanía? En realidad creo que no. Creo que se debe a que el flujo de dinero hacia Europa procedente de Estados Unidos es un factor determinante a la hora de analizar lo que ha pasado en los índices del Viejo Continente desde que comenzó la crisis. La falta de liquidez convirtió a Europa en un juguete en manos de Estados Unidos y si se retiran las inyecciones es muy posible que alguna parte de lo que se está invirtiendo dejará de invertirse. Y aquí, en Europa, no vamos sobrados precisamente.

En fin, que mañana tendremos Fed y empezaremos de despejar incógnitas. Ya les adelanto que si mañana se habla abiertamente de adelantar el ‘tapering’ aunque sea con cantidades reducidas, el mercado lo va a acusar. Ha pasado siempre y ahora no va a ser una excepción.

Al cierre, el Dow Jones perdió un ínfimo 0,06%, el S&P 500 un 0,31% y el Nasdaq Composite un 0,15% en una típica sesión de día anterior a la Fed.