Mucho hablar de los índices periféricos, que si la rebaja de los tipos de la deuda, que si los mayores recortes en la fase correctiva, que si las entradas de capital extranjero a sacos… Pero cuando se trata de sacar al mercado del atolladero, el Dax tiene que remangarse la camisa y ponerse manos a la obra. Y a fe que hoy lo ha hecho:

Enérgico a primera hora de la mañana, prudente a media sesión y eufórico tras la apertura de Wall Street, el Dax guió a los mercados continentales a la zona de ganancias, un lugar por el que pocos apostaban viendo en la apertura niveles que dejaban huecos superiores al 1% en algunos índices.

Para dejar mejor sabor de boca, el cierre se ha producido en la zona de máximos del día, lo que siempre suele dar pie a la continuación a primera hora de la mañana del día siguiente, pero mucho ojo, que las cosas están delicaditas.

En cualquier caso, llama la atención la determinación demostrada por el Dax de retornar las cosas a su sitio tras el lógico miedo que le entró a los inversores tras el negativo cierre de Wall Street en la víspera. Es como si se quisiera dejar claro que esta vez Europa puede tener sus propios criterios y no ser mera comparsa de lo que tejen al otro lado del Atlántico.

Ya saben mi opinión. Sin Wall Street no se va a ninguna parte salvo al desastre y puede que durante unos días se pueda sacar pecho si llega el caso, pero que todo el mundo se vaya olvidando de que si Estados Unidos retrocede de forma significativa, Europa vaya a salir de rositas. Bien al contrario, puede que corrija más aún.

Si llegaran los nervios de una corrección en toda regla (que técnicamente es necesaria si se quiere asegurar la tendencia al alza para mucho tiempo), que nadie dude que más de uno y más de dos se va a acordar de la delicada situación por la que atraviesa Francia y no dejarán pasar la ocasión de intentar hacer un roto en las Bolsas europeas con esa justificación. Volveremos a oír hablar del fin del euro y cosas por el estilo. Ya lo verán.

Pero mientras eso llega, si es que termina por llegar, abandonamos la Bolsa-ficción para adentrarnos en la realidad. Y esa no es otra que la constatación de que los mercados periféricos, tan potentes cuando no hay que echarle bemoles, han ido a remolque todo el día y que la estrella, el PSI portugués, ha aprovechado la circunstancia para corregir por fin.

Los tipos de la deuda en el secundario siguen anclados en el 2,82% y la prima de riesgo en el entorno de los 200 puntos y el parón no está ayudando en absoluto al Ibex y al resto de índices del Sur. Ya saben. El objetivo a vigilar en el bono es el 2,7%. Rebajar esa barrera abriría de par en par las puertas de una buena subida.

En nuestro Ibex, destacar que algunos de los valores que tanto subieron en la víspera han sufrido una evidente realización de beneficios que ha llevado al Popular o a Arcelor a destacar en la clasificación de las pérdidas. Si sigue al alza el conjunto del mercado, estos valores retomarán la marcha sin dudarlo.

Al cierre, el Dax avanzó un 0,32%, el FTSE un 0,14%, el CAC un 0,26% y el Ibex un 0,16%. Ya ven. Ha sido el Dax el que se ha puesto al frente a ha obrado la machada. Los demás, a rebufo y alguno desde un poco lejos.