Cuenta mi admirado Cárpatos de la existencia de una estadística de Bespoke que indica claramente que la bondad o no del dato de empleo americano es lo de menos. Lo de más es que el día en que se publica es alcista a más no poder incluso en cinco de las seis ocasiones en las que ha defraudado al mercado desde diciembre de 2012.

Solo así se puede entender la toma de posiciones de ayer en el mercado, con subida previa a la publicación del dato, y solo así puedo entender yo que ante un mal dato, que no cumple las previsiones, sirva de excusa el mal tiempo para emprender el camino hacia el norte con total descaro.

Pueden imaginar que los índices europeos se han apuntado a este carro del optimismo sin respaldo evidente y se han puesto a subir, antes y después del dato. Sólo pasaron unos minutos sin rumbo a la espera de lo que hicieran los grandes. Y los grandes decidieron que hacia arriba, que para eso tomaron posiciones ayer.

En un segundo plano, además, se ha producido una sustancial mejora de la deuda en el mercado secundario y el bono español a diez años ya se paga a menos del 3,6%. El movimiento a la baja de la rentabilidad de la deuda europea se ha dejado sentir incluso en el Bund alemán, que se paga a por debajo del 1,7% de nuevo.

Este movimiento viene sustentado aparententemente por la salida de dinero de los países emergentes hacia destinos menos comprometidos, de lo que se están beneficiando los países de la periferia europea y hasta el mismísimo Bund alemán.

¿Y ahora qué? se preguntarán ustedes. Pues ahora nada, o poco. Queda mucho por confirmar antes de suponer que esto pueda retomar el pulso alcista y lo primero que habrá que confirmar es que el lunes se sigan manteniendo las subidas.

Al cierre, el Dax avanzó un 0,49%, el FTSE un 0,20%, el CAC un 0,96% y el Ibex un 1,08%, para cerrar por encima de los 10.000 puntos de nuevo. Sigue sin gustarme que el Dax sea el rezagado, pero la Bolsa tiene estas cosas…