Referirse a la ‘situación anterior’ como sinónimo de ‘todo va bien’ dista mucho de ser real. Tenemos a los mercados europeos renqueantes desde antes de que a Putin se le ocurriera ponerse a jugar a las batallitas en torno a Ucrania y Crimea y si volvemos a esa situación no es precisamente buena.

Mientras el S&P 500 va marcando máximos, aquí sólo el CAC francés había logrado salir del pozo con alguna claridad, en tanto que el Dax no tiene fuerzas, el Ibex iba apuntando directamente hacia abajo y el FTSE intentaba mantener una reacción tardía que le ha costado Dios y ayuda…

Y que el CAC francés sea el índice de referencia en Europa en estos momentos no puede ser nada bueno. De hecho, la economía francesa es una perenne preocupación para el resto de la UE, para los analistas y para todo aquél que tenga un par de dedos de frente.

En la sesión de hoy hemos tenido una nueva demostración de la falta de fuerzas del Dax, que no ha recuperado lo perdido ayer, ni siquiera se ha acercado, y un intento del Ibex por sacar la cabeza y comenzar a recorrer el camino que le falta para volver a ser un actor a tener en cuenta en el ámbito de la Eurozona.

El Ibex sí ha recuperado de un plumazo todo el terreno perdido el lunes y ha cerrado en los máximos de la sesión, lo que debería considerarse un buen síntoma. En el mismo caso se encuentra el FTSE británico, lo que supone una buena compañía, pero todo es demasiado confuso como para apostar a nada en este momento. Con aclarar un poco la situación ya me daría por satisfecho.

Al cierre, el Dax subió un 2,46%, el FTSE un 1,74%, el CAC un 2,45% y el Ibex un 2,51%.