Nadie en sus cabales creerá que lo que dice el ministro de exteriores ruso no es exactamente lo que le ordena decir el todopoderoso Putin. Pues bien, la perla que nuestro amigo Lavrov ha soltado esta mañana es de las que hacen a más de uno repensarse la situación: atacar a un ciudadano ruso es atacar a Rusia y si nos atacan, responderemos, ha venido a decir.

No es casualidad. hace solo unas pocas horas, Vladimir Putin firmó una ley que considera ciudadano ruso a todo habitante de una república exsoviética que hable ruso. Tampoco la aprobación de esta norma fue por casualidad y queda claro que hay una estrategia bien definida por parte de Putin.

La única incógnita que queda por despejar es si esta estrategia es para atacar a Ucrania o solo para tensar la cuerda y lograr todo lo que se proponga sin disparar un tiro. Lógicamente, muchos inversores prefieren vender sus acciones ante la llegada de un fin de semana en el que los acontecimientos podrían precipitarse. Y los índices se tiñen de rojo, más intenso a medida que pasan las horas.

Porque, además, en el mercado se considera que Occidente ha fracasado por completo en su intento de poner freno a las ansias anexionistas de Vladimir Putin en el este de Ucrania. De momentro, Rusia vuelve a tener un montón de soldados ‘de maniobras’ en las cercanías de la frontera ucraniana.

De todo el ‘speech’ de Lavrov, el único pasaje que ha sido acogido con una sonrisa ha sido ese en el que el jefe de la diplomacia rusa dice que europeos y americanos hablan de forma mucho más ‘razonable’ cuando no están delante los representantes ucranianos. Y es que ‘razonable’ equivale a ‘menos interesado a defender a toda costa a Ucrania’.

Eso sí. Pase lo que pase habrá que prestar especial atención a la otra guerra que se está generando. El Banco de Rusia ha subido hoy los tipos de interés temiendo un rebrote fuerte de la inflación por el ambiente prebélico y las agencias de ‘rating‘ se han apresurado a poner en revisión la calificación de la deuda rusa.

Ambos factores indican que Rusia tiene dificultades para financiarse y recordemos que es uno de esos gigantes emergentes por los que temblaban los mercados no hace tanto tiempo.

No está nada mal el escenario. Desde luego no está para muchos optimismo alcistas, más aún si vemos que el mercado viene de un rally importante que ha llevado al Dax de nuevo a las cercanías de la parte superior del canal lateral por el que transita desde hace tiempo, por lo que muchos operadores ven una nueva oportunidad de iniciar el camino al sur en busca de la base del canal.

 

Si a todo esto le unimos una apertura claramente bajista en Wall Street, tocado complementariamente por unas presentaciones de resultados que, por fin, fueron tan malas como se esperaba, tenemos un panorama bursátil realmente negativo ante nuestros ojos. Otra cosa será en lo que quede.

Al cierre, el Dax se dejó un 1,54%, el FTSE un 0,26%, el CAC un 0,80% y el Ibex un 1,49%.