Hay algo en este largo poema, decía, que me devuelve a los días de facultad y pisos ruidosos en Lavapiés aunque este largo poema que tal vez sea una novela secreta se desarrolle en Barcelona y haya menos ruido. Me refiero a que hay autobuses, martes amarillos y llueve, una mujer a la que se amó, a la que se perdió con ese absurdo anhelo de lo irreparable. Porque cuando somos jóvenes, en realidad, anhelamos lo irreparable.
Sentencia Julio Oliva: “Dónde estás si no estás al otro lado de cada frase que escribo”. Y suscribirá esa frase cualquiera que haya estado enamorado y haya tratado de escribir el verso adecuado para la persona inadecuada.
“Llueve. Entre autobuses y frases sin pronunciar. Sobre los cubos de basura (…). Llueve una lluvia de violinista en el metro y de prisas y abogados con carteras, de túneles oscuros, de libros muertos por la página noventa y tres”.
Ya les dije que en este libro llueve mucho y tal vez por eso me recuerde a mis años de facultad, en aquellos años llovió lo suyo. Luego arrancaba la primavera y todo eran carpetas manchadas del césped y flor de pruno. Ah, qué tiempos.
El caso es que Juanjo Oliva escribe rematadamente bien, construye versos certeros y hay humo de cigarrillos rematando cada página y puede que algunas de las cosas que Juanjo expresa se hayan expresado mil veces de forma similar pero toda ocasión es nueva y me gusta leer “…y los árboles pierden sus hojas en las aceras. Y los pájaros emigran. Y, a veces, es septiembre. Y va llegando el sueño”.
Hay algo en este largo poema que me devuelve a las noches que no se acababan nunca en las calles de Huertas, justo antes de que Kurt Cobain se volara la cabeza, Gabrieles, Viva Madrid, el Torero y Cardamomo, aquellos tragos que ¡ay! no volverán.
Me ha salido una reseña ególatra (¡como todas las tuyas!, denunciará el inflexible). Y sí. Pero qué quieren que les diga. A mi este bellísimo libro me ha recordado tardes de lluvia al salir de la facultad, tal vez en primavera. Y añado que es un libro hermoso, he de urgirles a que lo busquen, lo hallen y se hagan con él.
Julio Oliva es un escritor magnífico.
Y casi seguro que muchos de estos apuntes los hizo con un boli bic punta fina, bic naranja.
Miro por la ventana y está a punto de llover.
Primavera en Madrid, etc, etc.
Siete años, un martes y un septiembre.
Julio Oliva.
Ediciones con carrito.
180 páginas.