¿Conocemos la esencia y el porqué de los acontecimientos que nos rodean? ¿Nos inquieta descubrirlo todo sobre nuestra propia ciudad? Se acerca una de las celebraciones capitalinas más castizas, San Isidro, y parece un buen momento para empaparnos de historia, recordando los lugares que tuvieron que ver con él, que no son pocos a pesar de que carecemos de muchos detalles sobre su vida. ¿Y qué mejor manera de hacerlo que acompañados por Madrid&You, organizadores de las más exclusivas visitas guiadas de Madrid?

Comenzamos por la casa de San Isidro. Se desconoce el lugar exacto donde nació, allá por 1080, pero debió de ser cerca de la puerta de Moros, la zona donde se extendía el barrio mozárabe hasta la conquista de la ciudad por Alfonso VI. La casa es en realidad la de su patrón, Iván de Vargas. Se encuentra en la plaza de San Andrés y acoge actualmente el museo de San Isidro, aunque existe polémica al respecto, pues hay quien sitúa la casa de los Vargas donde vivió nuestro patrón en la plaza de la Paja.

Las dos, la de San Andrés y la de la plaza de la Paja o la Morería, habrían pertenecido a la familia Vargas y posteriormente a los nobles y poderosos Lujanes, de ahí la confusión. El edificio que se conserva fue construido en el siglo XVI por esta familia, levantado en el solar de la antigua casa de los Vargas. Tras el traslado de la corte a Madrid en 1561, se destinó a morada del nuncio y posteriormente fue habitada por los condes de Paredes. En la segunda mitad del siglo pasado el edificio fue demolido y reconstruido para pasar a convertirse en el museo de San Isidro.

La capilla del santo que hay dentro del palacio se identifica con las habitaciones en las que vivieron San Isidro, su mujer –Santa María de la Cabeza– y su hijo Illán. También se conserva allí el pozo en el que, según la tradición, cayó Illán, obrando San Isidro el milagro de hacer subir las aguas mediante la oración, salvando así su vida.

Cerca se encuentra la iglesia de San Andrés donde el santo acudía todas las mañanas a rezar antes de marchar a labrar las tierras. Visitaba también otros templos como San Ginés o el Santuario de la Virgen de Atocha, razón por la cual sus compañeros lo acusaron de holgazán ante el señor Vargas. Aunque él le recriminó por ello, cambió de parecer al apreciar el milagro: cuando Isidro llegaba a faenar las tierras ya estaban aradas.

En el cementerio de la iglesia de San Andrés fue enterrado San Isidro. Posteriormente, a la par que su fama y los milagros que se le atribuían no dejaban de crecer, se trasladó el cuerpo, incorrupto, a la iglesia y allí permaneció hasta que fue llevado a la capilla del Obispo. Tras la expulsión de los jesuitas en 1767, lo instalaron definitivamente -junto con el de Santa María de la Cabeza- en la Colegiata de San Isidro.

Siguiendo con el recorrido ideado por Madrid&You hay aún dos capillas más de interés. Una es conocida como La Cuadra pues se dice que en ella guardaba Isidro el ganado. La capilla permanece cerrada todo el año y solo se abre el 15 de mayo, así que ¡es vuestra oportunidad de visitarla! La otra es la capilla de la Archicofradía Sacramental de San Pedro, San Andrés y San Isidro. Se construyó sobre una de las casas en las que también habría vivido el santo, en la actual calle del Águila, número 1, y tuvo como mesa de altar una de las arcas que contuvieron su cuerpo.

Una parada obligada en este recorrido es la Plaza Mayor, localización de la beatificación del santo el 15 de mayo de 1620, instituyéndose así su fiesta. Fue además el acto con el que se inauguró la plaza, terminada de construir por Felipe III, quien acudió a la celebración desde el balcón de la casa de Panadería, acompañado de toda la corte. La plaza estaba abarrotada para disfrutar de los fuegos artificiales, los toros y los certámenes poéticos (de los que era secretario Lope de Vega).

Alejados del centro encontramos dos de los lugares más emblemáticos: la Ermita y la pradera de San Isidro. La pradera se corresponde con las tierras de labor del santo, donde se produjo el milagro de los bueyes e hizo manar agua para saciar la sed de Iván de Vargas. Todavía hay una fuente con aguas consideradas curativas. Fue precisamente por sanar a Felipe II por lo que su madre, la emperatriz Isabel de Portugal, ordenó construir una ermita en 1528. Fue entonces cuando se estableció la costumbre de acudir en romería a celebrar la fiesta de San Isidro, bebiendo  el agua milagrosa y repitiendo en cada trago: “San Isidro hermoso / patrón de Madrid / que al agua de un risco / la hiciste salir”.

No muy lejos de allí, en el puente de Toledo, encontramos las esculturas de San Isidro y de Santa María de la Cabeza, realizadas por Juan Alonso Villabrille por encargo del arquitecto del puente, Pedro de Ribera.

Y terminamos nuestro recorrido con los expertos guías de Madrid&You en la ermita de Santa María la Antigua de Carabanchel, el templo mudéjar más antiguo de la Comunidad de Madrid.  Este lugar se relaciona con otro milagro atribuido al santo, el del lobo muerto y  su burro ileso.

La ciudad de Madrid está estrechamente vinculada a San Isidro en diversos momentos de la historia y en muchos lugares emblemáticos. ¿Qué mejor momento para disfrutarlos que ahora que se acerca la fiesta? ¡Animaros!