Lampedusa podría haberse inspirado en la transformación de La Caixa en una fundación para controlar la mayor red de oficinas bancarias de España. Aunque la memorable expresión de El Gatopardo de que todo cambia para que todo siga igual no se ajusta al cien por cien al caso del grupo que preside Isidro Fainé, lo cierto es que en encaje del rompecabezas a que obliga la Ley de Cajas de Ahorros no ha obligado a cambios drásticos. La asamblea general de La Caixa, en su última reunión como tal, ha aprobado este jueves la transformación de La Caixa en fundación bancaria, tal y como prevé la Ley de Cajas de Ahorros.

La salud de la caja catalana está a prueba de los test de estrés y no ha necesitado ayudas públicas, a pesar de haber digerido Caja Girona, las cajas de Banca Cívica y Banco de Valencia. Pero la ley también le obliga a constituir su cúpula en una fundación que estará controlada por el Ministerio de Economía y por el Banco de España. La nueva entidad es propietaria del 60,5% del negocio financiero.
Entre las novedades, destaca la creación de un nuevo patronato que, presidido por Isidro Fainé, estará integrado por 15 miembros, entre los que destacan, además del multimillonario mexicano Carlos Slim, el ex ministro socialista y secretario general de al OTAN, Javier Solana, el presidente de Telefónica, César Alierta y el de Abertis, Salvador Alemany.

Las organizaciones fundadoras de la entidad, como el Ateneu Barcelonès, el Instituto Agrícola de Sant Isidre, la Sociedad Económica Barcelonesa de Amigos del País que preside Miquel Roca, la Cámara de Comercio de Barcelona y Fomento del Trabajo Nacional, tendrán un representante rotatorio en el patronato. A destacar que dos de los patronos serán nombrados por Cáritas y la Cruz Roja, mientras que otros tres serán elegidos por su «reconocido prestigio profesional». Además de Solana y Alemany, se incorpora por este concepto el actual director ejecutivo de la Fundació La Caixa, Jaime Lanaspa. El último grupo de miembros es elegido por su experiencia financiera. Ahí destaca Fainé, Slim, Alierta y también Javier Godó, presidente del Grupo Godó, editor de La Vanguardia, el exconsejero de Economía de la Generalitat, el convergente Francesc Homs, el notario Juan José López Burniol, Josefina Castellví, Alejandro García-Bragado y María Teresa Bassons

Mayor fundación de Europa
La creación de la nueva entidad supone también la liquidación de la actual Fundación La Caixa. La nueva fundación se hará cargo directamente de la obra social y de las actividades que venía haciendo la antigua. La fundación seguirá siendo la mayor de Europa, con una dotación hasta ahora de 500 millones de euros anuales, mayoritariamente destinados a obra social.

La fundación bancaria nace con una dotación de 5.868 millones de euros, que es el valor contable de los 23 millones de acciones de Criteria CaixaHolding, según KPMG. Criteria se quedará con las emisiones de deuda que emita La Caixa y que en estos momentos asciende a 7.805 millones de euros, de los que 7.005 millones son obligaciones subordinadas.

Esta transformación supone que la sociedad no cotizada Criteria CaixaHolding, que es 100% propiedad de La Caixa, tendrá el 60,5% (que se diluirá al 55,9% en tres años) de la participación de CaixaBank. Criteria tendrá dos ramas: el negocio financiero y asegurador, en el que se incluye las participaciones en banca internacional, el 12% Repsol y el 5,4% Telefónica; y, por otro lado, la cartera inmobiliaria e industrial, principalmente integrada por las participaciones
Reestructuración culminada
Con las operaciones de adquisición de Banco de Valencia, las cinco cajas que integraban Banca Cívica, más las anteriores fusiones de Caixa Girona y Bankpime, la entidad que preside Isidro Fainé ha ampliado orgánicamente su base de clientes en casi 3,5 millones de personas que eran atendidas en 2.000 oficinas bancarias. Una vez culminada la reestructuración, la entidad mantiene esos clientes pero ha desaparecido el mismo volumen de oficinas, lo que a juicio de Nin, “da idea de la magnitud de la reestructuración del sistema financiero español”.

El vicepresidente de la entidad se felicitó en la última junta general de accionistas, celebrada a finales de abril, de haber accedido ese volumen de negocio “cerrando las oficinas y que todo funcione mucho mejor”. En ese sentido, Nin constató que CaixaBank irá a la vez abriendo y cerrando sucursales, según las necesidades de cada zona. En concreto, durante los tres primeros meses del año, la entidad ha reducido la red en 14 locales, hasta alcanzar las 5.716 oficinas, mientras su plantilla ha bajado en 266 personas, hasta los 31.682 empleados, manteniendo el número de sus clientes en 13,6 millones de personas.

Desinversiones en marcha
La desinversión realizada últimamente en la cartera de participadas de La Caixa continuará, a tenor de lo que avanzó Fainé en la presentación de resultados de 2013. El presidente de la entidad asegura tener “cinco o seis compañías estratégicas y todo lo otro que hemos heredado, lo iremos vendiendo con calma”. Del perímetro recibido por CaixaBank de Criteria, su antigua filial que gestionaba la cartera de participadas, Fainé afirma haber vendido un tercio “con saldo positivo, mientras otro tercio estamos encima de él y a lo largo de 2014 podremos ajustarlo”. En cuanto a las 115 inmobiliarias que había, “queremos llegar a 17, luego a 5 y finalmente a una, pero lo haremos con tranquilidad”, subrayó Fainé.

En la presentación de los resultados de CaixaBank, que fueron de 503 millones en 2013, el doble que el anterior año, ha sido posible en parte por la venta de la gestora inmobiliaria Servihabitat, que ha aportado 255 millones de plusvalías y 79 millones de la cartera de no vida procedente de Banca Cívica y Banco de Valencia.