Me refiero a que no toda frustración hay que pagarla con don Antonio Muñoz Molina o don Javier Marías o pretender que porque Juan Cruz escriba todo el rato en El País no nos dejan sitio.

Que ya sé que fastidia pero en fin.

Todo esto lo estaba pensando yo mientras iba a por el pan (ojo, homenaje a Umbral) después de degustar la potentísima prosa de Richard Parra, escritor peruano que ha aterrizado en nuestro país con dos novelas cortas o cuentos largos titulados La pasión de Enrique Lynch y Necrofucker y editados en un solo volumen por Demipage.

Menudo par de narraciones.

La pasión de Enrique Lynch es como un western crepuscular ambientado en un Perú decimonónico de naciente ferrocarril, indios con pistola y bandoleras feroces. Enrique Lynch es un villano luciferino y bigger than life y yo me lo imagino con grandes bigotes aunque no me acuerdo si Richard Parra lo describe así.

Apenas 71 páginas pero con más personajes, acción y divertimento que la mayor parte de los novelones de trescientas páginas con señoritas en bragas recibiendo azotes y guerreros medievales y modistillas en los años 30.

Y luego está Necrofucker. De adolescentes metaleros (¡larga vida al rock&roll!) en el Perú de hoy. Qué miedo. Qué vida esta. Qué pendencias, qué putada ser joven y pobre en un país como Perú (y eso que no habla de los más pobres, que esos ni para rock&roll están).

Parra conmociona con Necrofucker y dan ganas de dejar de leer la vida perra de estos chavales pero es imposible parar de leer.

Tal vez me esté poniendo demasiado estupendo y bien es cierto que más allá de la conmoción y el pulso certero del relato quizás falte una cierta profundidad a estas novelitas. Pero y qué. Richard Parra está vivo. Yuri Herrera está vivo. Patricio Pron está vivo. Alejandro Zambra está vivo. Latinoamérica nos cuenta cosas a través de libros que hablan de realidades reconocibles generacionalmente y nos construyen un horizonte de verdad cotidiana.

¿Y aquí? Aquí la realidad ni está ni se le espera.

Estoy siendo injusto, claro.

La nefasta costumbre española de denostar a unos para ensalzar a otros.

Y todo eso.

Bueno, serenémonos.

El caso es que La pasión de Enrique Lynch y Necrofucker me han gustado mucho.

Empezando por la cita de Marx que abre el libro: “La aristocracia financiera, lo mismo en sus métodos de adquisición que en sus placeres, no es más que el renacimiento del lumpemproletariado en las cumbres de la sociedad burguesa”.

No puedo estar más de acuerdo.

La pasión de Enrique Lynch/Necrofucker. Richard Parra. Demipage. 167 páginas.