Cuando el Dow sube menos que el S&P 500 es que el movimiento no está en los gigantes. Cuando el S&P 500 sube menos que el Nyse Composite es que tampoco el movimiento está en los grandes. Y si el que más sube es el Russell 2000, lo que queda claro es que los que tiran del mercado son los pequeños.

Otro dato en el que apoyar la tesis. Si los índices principales se mueven centésimas y en cambio el número de valores que suben duplica al de los valores que bajan, queda claro que los que suben tienen poca influencia en los índices. Por descarte, son los pequeños.

Pues olvídense de la tesis y asuman que es la realidad. Todo eso ha ocurrido hoy y ha ocurrido previsiblemente en la última parte de la sesión, a juzgar por el perfil de los índices principales:

Aquí tienen lo que pasó con el S&P 500. Un rally en toda regla en el último cuarto de la sesión llevó de nuevo al índice a las puertas de sus máximos históricos a pesar de todos los pesares y por encima de cualquier condicionante. Una última hora de escándalo llevó en volandas al mercado a territorios positivos. ¿Lo tomamos otra vez como una fortaleza?

Más bien estoy por considerarlo un síntoma claro de manipulación. El dinero sabe muy bien cuándo tiene que hacer su aparición, cuándo por poco se consigue mucho y la última hora de una sesión de viernes de la semana siguiente a un vencimiento de futuros parece un buen momento para conseguir mucho poniendo poco encima de la mesa.

Eso sí, no se tomen a mal lo de la manipulación. Cuando uno está en el mercado debe asumir un cierto grado de manipulación como mal menor. E incluso este tipo de cosas dan pistas claras sobre la apuesta del dinero, así que tampoco es tan peyorativa la palabra. Hay que seguir siempre la pista de los grandes, que son los que ponen el dinero al fin y al cabo.

Al cierre, el Dow Jones avanzó un 0,03%, el S&P 500 un 0,19% y el Nasdaq Composite un 0,43%. Como pista, el Russell 2000 subió un 0,75%…