Las Bolsas europeas intentaron sobrevivir con dignidad a un mal dato de pedidos industriales en Alemania, sensiblemente peor de lo previsto, que ya era malo. Pero no lograron sobreponerse a un factor algo más inesperado: la crisis de la banca austriaca.

Como lo oyen. Los siempre disciplinados austriacos, aliados incondicionales de Frau Nein en sus llamadas a la austeridad y a la ortodoxia resulta que son menos ortodoxos cuando de ellos se trata y parece que el Erste Bank tiene graves dificultades con la morosidad que le acarrean sus actividades en la Europa del Este.

¡¡Vaya hombre!! Ha llegado el momento de comprobar hasta qué punto tienen los defensores de la ortodoxia a ultranza un sistema que realmente sea todo lo sólido que debe ser en teoría. Ha llegado la hora de ver si provisionan adecuadamente, si sus ratios de capital son los que deben ser, si han cuidado adecuadamente la gestión del riesgo…

No soy un defensor precisamente de los bancos españoles, pero no es menos cierto que desde países como Austria se han cargado las tintas sobre el sistema financiero español con inusitada frecuencia y virulencia. Igual que desde Alemania, donde esconden sus bancos de los Lander para que nadie vea sus vergüenzas.

La banca española gestionó mal el riesgo inmobiliario y buena parte del empresarial en las vacas gordas y por lo que parece, los austriacos han gestionado mal sus riesgos en Hungría o Rumanía incluso en las vacas flacas, cuando ya todo el mundo estaba avisado.

Ni qué decir tiene que la palabra «contagio» se ha extendido como la pólvora y el sector financiero ha sido, un día más, protagonista negativo. Ya tenemos dos focos en este incendio, el portugués Espirito Santo y el austriaco Erste Bank. Y cuando le va mal al sector bancario, le va mal al Ibex, que para eso una quinta parte de sus componentes son bancos.

Y si encima no teníamos a Wall Street para llegar al rescate, pues ya se sabe. Jornada negativa, más para unos que para otros y mucho entretenimiento con el análisis de lo sucedido en Gowex. Su cotización sigue suspendida y la empresa sigue sin dar explicaciones convincentes.

Me van a perdonar ustedes la brutalidad, pero en este caso alguien tendría que terminar con sus huesos en la cárcel. O una parte u otra son unos chorizos y es urgente discernir con exactitud quién. Si el informe de Gotham City, al márgen de quien sean o qué hagan, es cierto, don Jenaro, el auditor y algún otro deberían estar ya en el cuartelillo de la Guardia Civil. Y si es falso debería emitirse una orden internacional de busca y captura para los autores del informe.

Así, a primera vista, las explicaciones dadas por la empresa son de risa. Si a mí me dicen una falsedad de ese tipo salgo con los papeles a demostrar que mienten. En cambio, ellos llevan días preparando un informe que no debería ser tan complicado. Y encima se permiten el lujo de actuar de forma sospechosa con el hecho relevante, publicado 30 minutos antes en Francia que en España.

Y como segunda derivada, hay que volver a la carga contra los supervisores y su estado de felicidad. Si uno es el supervisor del mercado de valores no puede estar instalado en la felicidad de que todo el mundo es bueno. Bien al contrario. Cada vez más es un mundo de tahúres y trileros, así que más le valdría a doña Elvira ir poniéndose las pilas.

Total, que todo el MAB ha quedado bajo sospecha por un asunto que cada vez va enredándose más y más. Lo que nos faltaba.

Esperemos que el lunes, con la vuelta a la actividad en Wall Street las cosas vuelvan a la normalidad. Es decir, a que los yankees nos marquen el camino en cada momento, porque hace ya tanto tiempo que los mercados europeos son marionetas que no se acuerdan ya de cómo se caminaba por la vida solito.

Al cierre, el Dax perdió un 0,20%, el FTSE ganó un 0,01%, el CAC se dejño un 0,47% y el Ibex un 0,73%.