La ¿locomotora? alemana se ha gripado

07/07/2014

Miguel Larrañaga. Los mercados europeos están muy, pero que muy preocupados, la locomotora alemana se ha gripado y eso pone en evidencia la fragilidad de todo el entorno económico europeo.

El viernes nos despachamos con una caída del 1,7% en los pedidos industriales y hoy nos hemos desayunado con un desplome del 1,8% en la producción industrial, ambos datos de Alemania. ¿Es compatible esta debilidad con la eterna visión del ‘supercampeón’ alemán inmune a cualquier crisis y potente como nadie?

Más bien no y eso es lo que han reflejado claramente las Bolsas europeas en la jornada de hoy. Alemania es víctima de su propia ceguera, de su propio inmovilismo y de su tozudez. Se le han cerrado los mercados porque ellos mismos se han encargado de cerrarlos a base de obligar a todo el mundo a ajustes sin fin. Han matado de hambre a las manos que les dan de comer y eso suele traducirse a medio plazo en tu propia muerte.

Insisto en que no quiero decir con ello que no sean necesarios los ajustes y las reformas en los países en los que la crisis ha arreciado con más fuerza. No es eso. Lo que mantengo es que la crisis ha sido mucho más fuerte para muchos países por la intransigencia alemana (ojo, y austriaca, holandesa o finlandesa) y que eso ha provocado dos efectos colaterales: que la crisis haya sido más profunda de lo debido y que su duración haya excedido cualquier lógica.

No planteo siquiera que en Europa deberían haberse puesto en práctica políticas de estímulo como en Estados Unidos o el Reino Unido, pero lo que sí parece claro es que la intransigencia alemana, la inacción comunitaria y la exasperante lentitud de cualquier proceso han sido un caldo de cultivo excepcional para que nos encontremos ante una situación absolutamente imprevista: con los países en crisis saliendo de ella y entrando en ella los que se libraron al principio. Y los que mandan, por supuesto, negando la realidad y sin hacer absolutamente nada.

Total, que nos despertamos con la evidencia de que la debilidad de la economía europea es real, que el horizonte deflacionario no es un invento de cuatro chalados y con el añadido de que durante la noche el FMI ha rebajado casi todas sus perspectivas de crecimiento mundial. ¿Nocturnidad y alevosía?

Y luego tenemos lo nuestro, que no es poco, y que en el capítulo actual se llama Gowex. Solo una de las dos partes podía estar diciendo la verdad y resultó que no era la empresa. El presidente, Jenaro García, ha confesado que las cuentas son una patraña ante la evidencia de que un auditor serio iba a encontrar el agujero en diez minutos.

Una pregunta que se me ocurre así a vuelapluma. ¿No hay ningún detenido? ¿Vuelve a cumplirse que cuando los ladrones van a la oficina son menos ladrones? Uno espera una respuesta inmediata y drástica (feroz si es posible) cuando se levanta una escandalera de este tipo porque lo que está en juego es la credibilidad de todo un mercado, el MAB, en el que muchas empresas se han desplomado hoy sin comerlo ni beberlo.

Aquí tenemos a unos 5.000 accionistas estafados, varios fondos de inversión empantanados y un tipo que se confiesa culpable, presenta un escrito en la Audiencia Nacional contando la estafa y pide perdón a través de Twitter. Y hasta donde uno sabe, no ha sido detenido. Me paro aquí porque jugar a futurólogo no es lo mío, aunque la historia tiene todas las trazas de tener un final ya conocido.

Pues sí, los mercados europeos han caído con fuerza. Porque cada cual tiene lo suyo. Aquí en Gowex, en Austria los Erste Bank y la morosidad de sus operaciones en el Europa del Este, en Portugal el Banco Espirito Santo, en Francia un gobierno incapaz de contener la hemorragia de una economía que se va de nuevo al carajo

Y entre los factores técnicos, destacar que la lucha del Dax con los 10.000 puntos ha sido dada por fallida ya por muchos analistas, que la falta de personalidad y de volumen de contratación en los mercados europeos es ya alarmante y que todo aparenta estar cogido por alfileres. Vamos, que para que esto suba y coja brío necesita que Draghi hable todos los días…

Al cierre, la hecatombe se traducía en los siguientes datos: el Dax perdió un 1,03%m el FTSE un 0,62%, el CAC un 1,41% y el Ibex un 1,10%.

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