La próxima crisis, el año que viene

07/07/2014

Miguel Ángel Valero.

Arturo Bris, profesor de Finanzas en la IMD Business School en Lausanne (Suiza) y director del IMD World Competitiveness Center, realiza unas sorprendentes predicciones en la lección magistral del programa Orchestrating Winning Performance. Desde luego, lo que pronostica no es precisamente para dormir tranquilos.

Porque Bris anuncia, cuando aún no hemos salido de la crisis que comenzó en el verano de 2007 con el desplome del mercado inmobiliario por las hipotecas ‘subprime’ en Estados Unidos, la posibilidad de que se produzca otra.
La crisis que viene empezaría en abril de 2015 y finalizaría en marzo de 2016. Bris advierte sobre que no se están tomando las medidas necesarias para evitarla.
Este reputado experto pone encima de la mesa ocho argumentos que sostienen esa predicción y que hacen que no parezca tan osado ese augurio. El primero, el estallido de la burbuja de los mercados de valores: “si se acomodaran al nivel real de beneficio empresarial, existiría una caída de entre un 30% y un 35%”.
El segundo argumento no es menos tranquilizador: los problemas de la ‘banca en la sombra’ en China, formada por préstamos a instituciones gubernamentales, salpicarán a toda la economía mundial, como sucedió con las ‘subprime’ norteamericanas.
Una crisis energética mundial, iniciada tras comenzar Estados Unidos a exportar gas al resto del mundo, perjudicando los intereses de Rusia; otra burbuja inmobiliaria en países como Brasil, China, Canadá o Alemania; una oleada de problemas de ‘rating’ y de quiebras de empresas, son otros argumentos utilizados por el profesor de la IMD.
El aumento de la tensión geopolítica desencadenará alguna guerra, como la que existe ya en Ucrania. El incremento de la pobreza generará conflictos sociales. “La cruzada contra la desigualdad de riqueza podría además entorpecer la innovación y el crecimiento al reducir los beneficios de la innovación, amenazando a la economía”, argumenta este experto.
El excedente de caja que los bancos centrales y las grandes multinacionales están manteniendo podría terminar dañando la economía mundial. “El BCE (y otros bancos centrales) está prestando dinero a instituciones financieras que lo devuelven a la misma institución, lo que es un círculo vicioso”, razona este experto. Que aporta un escalofriante dato: teniendo en cuenta una estimación de mercado del valor de ciertos países, Google podría permitirse comprar una participación mayoritaria de Irlanda y Microsoft adquirir más del 50% de Singapur. Una posibilidad que califica de “inmoral”.
“Aunque muchas economías parece que están con una recuperación financiera desde la crisis de 2008, no deberemos ser tan complacientes», insiste Bris. “Demasiado a menudo no aprendemos de la historia, y no actuamos cuando nos enfrentamos a una crisis que es inminente”, concluye.

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