Barricas de Valduero

“Cuando nosotras empezamos había ocho bodegas en Ribera, ahora vamos por 280” quien hace esta afirmación, Yolanda García Viadero, es la consejera más antigua del Gobierno Regulador de Ribera del Duero. Lleva 15 años ejerciendo el cargo y por supuesto, ha sido y es, la única mujer. Habla en plural porque en él incluye a su hermana Carolina, una es enóloga y la otra comercializa los vinos. Ellas están al frente de una de las bodegas más exquisitas de Ribera del Duero, Valduero. Empezaron hace 30 años. Yolanda, es ingeniero agrónomo y enóloga, luego entró en el negocio Carolina, que de las 52 semanas del año, pasa 48 fuera de España, vendiendo los vinos.

Yolanda y Carolina García Viadero, propietarias de Valduero

“El 80 por ciento de nuestra producción, concreta Carolina, se exporta fundamentalmente al Continente Americano y en Europa somos muy potentes en Suiza, Dinamarca, Holanda, Bélgica o Inglaterra, también estamos presentes en Asia, donde por ejemplo, somos el vino oficial de las líneas aéreas taiwanesas”.

Producen casi un millón de botellas anuales, nos explica Yolanda “somos una bodega pequeña que no pretende crecer en cantidad.  Nuestro objetivo es hacer marca, una bodega de reservas de Ribera del Duero”. Por ejemplo, su “Valduero 12 años” es posiblemente uno de los vinos más caros de España y de mayor valor porque ha sido doble medalla de oro en una cata a ciegas. Reunen un total de 200 hectáreas que han ido plantando poco a poco y con ellas producen casi un millón de botellas anuales. Se ubican en Gumiel de Mercado, en la que está considerada mejor zona de Ribera del Duero, y sólo tienen uva tempranillo, cultivada con el método tradicional, sin espaldera, sin fertilizantes químicos, sin irrigación y que una vez vendimiada, pasa por tres maderas, para finalmente, embotellar con el excelente corcho extremeño. Esa larga espera consigue que el vino envejezca muy bien.

Ellas han creado un club privado “Membresía La Tenada”, donde cada socio se siente un poco propietario de la bodega y tienen su barrica con 300 botellas anuales personalizadas y que conlleva el derecho absoluto de tener el uso de la bodega, donde celebrar un acontecimiento, un consejo de administración, una cata de vinos o una cena con amigos. Hay tres tipos de vinos reservas en ese club y pertenecer a él ronda los 5000 euros.

Curiosamente Yolanda García Viadero es enóloga por casualidad; “lo soy porque a los quince años, todo el dinero que me daban mis padres de propina me lo gastaba en vino, recuerdo que probé un vino y dije; Dios mío yo voy a hacer vino de lo bueno que estaba esa sustancia roja. Me crié en una época en la que estábamos rodeados de drogas y pensé esto es la solución a todos nuestros problemas de drogas, si la gente viviese vino no tendría adicciones terribles. Es una sustancia mágica, es arte puro. El vino está conectado a todos los sentidos. El vino cura el colesterol del alma”.