¿A qué tienen miedo los gestores del dinero?

20/10/2014

Miguel Ángel Valero.

Siempre es muy interesante escuchar las opiniones de los gestores de fondos de inversión y de los servicios de estudios y de análisis de las entidades que manejan el dinero de los ciudadanos y de las empresas. El interés no es menor aunque se compruebe que no siempre aciertan y que, en ocasiones, son más los fracasos que los éxitos en sus predicciones.

Y el interés, al menos el mío, se dispara cuando observo, en esas opiniones muchas veces variopintas y con muchos intereses de por medio (al fin y al cabo, trabajan para el grupo que les paga), líneas conductoras que llevan a un mismo sitio. En otras palabras, mensajes que, de una forma u otra, y con matices (incluso personales, porque los gestores del dinero ajenos son también seres humanos, aunque a veces pueda parecer lo contrario).

De todas las opiniones que he ido recopilando en estas últimas semanas (el tramo final del año siempre es propicio para hacer balance y para tratar de ver qué nos depara el futuro), me quedo con una coincidencia sin duda preocupante. Los grandes gestores son prácticamente unánimes en afirmar que los mercados financieros infravaloran los riesgos geopolíticos, cuando su evolución puede convertirse en un futuro riesgo para la estabilidad financiera mundial.

Dentro de esos riesgos geopolíticos que los mercados se obstinan en infravalorar, ¿qué preocupa a los gestores? Pues aquí el orden de las respuestas no altera, necesariamente, el resultado. Los gestores del dinero tienen miedo a:

1.-El conflicto en Ucrania, especialmente, por las consecuencias que tendría la interrupción del suministro de gas a Europa

2.-La situación de Siria e Iraq, y de Libia, y los efectos de un potencial descenso en la oferta de crudo

3.-Los impactos de fenómenos como los nacionalismos, el miedo a las pandemias (el ébola es un claro ejemplo), los populismos, las tentaciones proteccionistas, los movimientos anti-inmigración, el terrorismo.

4.- El auge del nacionalismo y del separatismo en Europa, a lo que se une el creciente euroescepticismo

5.- Las tensiones crecientes en el mar de China, que implican a Japón, las dos Coreas, China, Vietnam y otros países del sudeste asiático, pero también a Rusia.

6.-Los problemas de China: vivienda, el excesivo endeudamiento, el cambio de modelo, las tensiones sociales y religiosas.

7.-La elevada deuda privada, especialmente en Europa

8.-El problema de la deuda pública en los países desarrollados

9.-El descenso de los costes financieros fomenta de nuevo el apalancamiento (los excesos en el endeudamiento) y retrasa los ajustes

10.-La debilidad de fondo del sistema financiero, la dificultad que tiene para asumir riesgos en un entorno de creciente endurecimiento de la regulación

11.-La crisis del euro, que no se puede dar por finalizada, ni mucho menos.

y 12.-Las amenazas para las economías emergentes del bajo crecimiento del comercio mundial y de los precios de las materias primas a la baja.

Todos estos temores muestran una exigencia: no confundir los deseos y la euforia que puede surgir de los mercados con las posibilidades y las perspectivas reales de recuperación económica en el mundo. LO que debería traducirse en no pensar tanto en el corto plazo, sino en el medio y, si es posible, en el largo.

Si al leer todo esto considera que son cuentos para meter miedo, para no dormir, es evidente que no estará preparado para afrontar la próxima crisis.

Pero también tenga en cuenta que muchos de los gestores que formulan esas opiniones y hacen esos augurios, algunos verdaderamente tenebrosos, duermen muy bien por las noches.

 

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