¡Que se mueran los hipsters!

31/10/2014

Daniel Serrano. Es un decir pero, qué caramba, ajustémonos al tono de diatriba de este libro necesario, definitivo, estupendísimo y todo lo esdrújulo que ustedes quieran.  

hipterLo diré sólo una vez: Hipsters, indies y gafapastas. Historia de una dominación cultural es una obra maestra del periodismo crítico, un ensayo certero y utilísimo para entender lo que ha pasado en este país con la cultura pop desde la Transición para acá.

Y, ojo, que me duele leer a Víctor Lenore ciertas inmisericordes críticas a artistas tan apreciados por mí como David Lynch, Air y hasta Sofia Coppola. Pero es que Víctor Lenore tiene más razón que un santo en su análisis general.

Pero ¿qué se dice en este ensayo? ¿Contra quién se carga? Pues se carga contra un sistema cultural que propició la proliferación y dominio de corrientes musicales y artísticas que, básicamente, propugnaban el escapismo, el analfabetismo político y la no injerencia.

El indie o hipster o moderno es consumista (aunque sea consumista políticamente correctos y no coma carne de animal maltratado ni se ponga visonazos) y cree firmemente en el capitalismo con final feliz.

Es decir, el hipster está convencido de que con las herramientas a su alcance, puede hacerse bloguero de éxito, cantante, modelo, it girl, toy boy o dependiente de El Ganso y ser feliz.

Y, bueno, puede, pero al final todo se trata de un mecanismo para conseguir que no proteste una legión de precarios que a los cuarenta y tantos años, con barba, gafas de pasta y camisetas de H&M, comparten piso y ahorran para ir al FIB.

Victor Lenore habla de cómo fenómenos musicales cuya valía es, como mínimo, discutible y que, sin embargo, no se discuten.

Los suplementos culturales, las revistas y los festivales promocionan un único tipo de música: indie, electrónica, moderna… siempre despolitizada, naif y no problemática.

Y esos músicos, obviamente, siempre se hallan encantados de que se les promocione y dispuestos a no quejarse o, en un arrebato de honestidad (como le pasó a Russian Red), confesar que son muy de derechas.

Y, ojo, están los indies o hipsters muy en su derecho de votar al PP o a Marine  Le Pen o a lo que quieran. Pero que quede claro.

Porque resulta que, como bien señala Lenore, hay damnificados.

Resulta que Manu Chao, en cuanto se puso demasiado reivindicativo y popular, recibió la burla de los modernos.

Resulta que en TVE hubo un motín en el área de cultura porque se envió a un equipo a cubrir un concierto de El Barrio en un recinto (el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid) que la mayoría de los grupos pop moderniquis no llenarían ni en sus mejores sueños.

Resulta que Extremoduro y Marea, por muy tontos que se pongan los tontos, tienen canciones más que apreciables.

Resulta que hay gente haciendo música y apostando por otro modelo a los que ni Ray Ban ni Levi’s ni los festivales subvencionados les han hecho puñetero caso aún vendiendo discos y arrastrando una legión de fans.

Sí.

Los indies han sido los niños bonitos, la clase mimada.

Lo dice Lenore y lo digo yo.

Y yo también odio Rockdelux.

Bueno, Víctor Lenore no odia esa mítica revista exactamente (creo).

Yo acabé odiándola porque estaba hasta las narices de atragantarme con piezas musicales del mundo angloparlante que no me hablaban de nada y encima no se podían bailar.

Es que ni la música de baile que recomienda el Rockdelux se puede bailar.

En fin, que Víctor Lenore ha hecho una lectura cuasimarxista del universo pop que padecemos y nos muestra la historia de la lucha de clases en la música.

En eso estamos.

Es la otra casta.

La de los moderniquis con sus barbitas y sus conciertos pagados por las cajas de ahorro y las marcas de refresco.

Que, oye, tampoco está mal que esa gente pague conciertos. Pero a todos.

Indies, hispters y gafapastas. Crónica de una dominación cultural. Víctor Lenore. Prólogo de Nacho Vegas.Capitán Swing. 198 páginas.

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Un pensamiento en “¡Que se mueran los hipsters!

  1. El pensamiento de un hipster y compañía tiene q ser una moda pasajera… xq no quiero volverme gilipollas.. los veo ..y lo que es peor..los oigo en todos lados..Quizá vengan de otro planeta…ya q no se enteran de lo q pasa en el pais.

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