Mis problemas con Javier Cercas (y el adjetivo sobrante)

22/11/2014

Daniel Serrano. De El impostor resulta molesta y vacua la incansable capacidad de reiteración de la que hace gala Javier Cercas, como si pretendiera alargar todo lo posible el relato...

De El impostor resulta molesta y vacua la incansable capacidad de reiteración de la que hace gala Javier Cercas, como si pretendiera alargar todo lo posible el relato a base de repetir (a veces con párrafos literales copiados una y otra vez) unas mismas ideas, reflexiones o digresiones.

cercasDe El impostor resulta intolerable la crueldad que comete Javier Cercas en la segunda página al calificar de oscuro historiador a Benito Bermejo, quien desenmascaró a Enric Marco como falso superviviente del terror nazi. Es feo hacer eso siendo uno escritor famoso, aunque luego  Cercas reivindique a Bermejo.

De El impostor sobran los coloquialismos en boca del hijo adolescente de Javier Cercas, Raül, y (en general) sobran las presuntamente entrañables escenas familiares. En literatura, como en las reuniones sociales, sacar la foto del chaval de la cartera y mostrarla se considera de mal gusto.

Y Tu lo flipas, papi no es una expresión admisible para novelar la historia de un gran farsante como Enric Marco.

De El impostor sorprende la ramplonería del recurso a la comparación entre don Quijote y Enric Marco, dos fabuladores y bla bla bla. Con el Quijote hay que aplicar la ley de Godwin pero cambiando Hitler por el ingenioso hidalgo: si alquien lo saca a colación en una reflexión literaria demos por acabado el asunto, esto no da más de sí, hemos recurrido al grado cero de la originalidad.

De El impostor no parece acertada la intención de convertir a Enric Marco en el espejo de la sociedad española que, según Cercas, habría inventado en bloque un pasado heróico. No, hombre, no, Cercas, eso pasó en Francia con la Resistencia y esas cosas. En España un número importante de gente fue y siguió siendo franquista, la mayoría hizo lo que pudo para sobrevivir a la dictadura y una minoría activa se opuso a ella y pagó con cárcel y exilio. Lo sabemos todos y aquí nadie (o casi nadie) se ha engañado o ha sacado galones de donde no los había.

En fin.

Que El impostor me parece una impostura.

Un relato fallido.

Ameno, eso sí (siempre y cuando el lector se salte las reiteraciones abundantísimas). Cercas, reconozcámoslo, tiene el don de la amenidad. Pero luego lo que nos da es nada.

Javier Cercas demostró su talento en Soldados de Salamina, un cuento bien elaborado donde, sin embargo, ya se avistaban sus flaquezas literarias (¡esa pitonisa, esos coloquialismos fuera de lugar!).

En Soldados de Salamina no había reiteraciones, menos mal, porque era una novela cortita.

Luego vino La velocidad de la luz y todo el mundo miró para otro lado.

Después escribió su obra maestra: Anatomía de un instante. Lo digo sin ironía alguna. Una pieza perfecta sobre el 23 F. Javier Cercas demostró ser un gran escritor.

Cosa que, sin embargo, desmintió con Las leyes de la frontera. Yo he vivido en un barrio donde había vaquillas, toretes y quinquis y doy fe de que la ficción que construye Cercas al respecto es absolutamente deficitaria en lo que a veracidad se refiere.

Y ahora El impostor.

Confieso que a ratos la lectura de este ensayo me ha apasionado. Porque la historia de Enric Marco como gran farsante resulta apasionante. Los capítulos en los que Cercas enuncia sin más las verdades y mentiras de la biografía de Marco son fantásticos.

Pero luego venga digresiones, reiteraciones, permutaciones y mirad mi hijo, está hecho un hombrecito. Y ese adjetivo sobrante.

Oscuro.

Una crueldad innecesaria.

No es un detalle minúsculo.

Javier Cercas sabe perfectamente como escritor lo que duele un adjetivo.

Yo he sido cruel en esta reseña con Cercas. Pero Cercas seguramente no me va a leer y si me lee, es famoso y ya le han hecho un montón de críticas buenas desde los medios de comunicación importantes. No es lo mismo.

Pero ese adjetivo.

Muy desagradable.

Me imaginé la tristeza de Benito Bermejo al leer esa expresión nada más arrancar el libro, él que ha dedicado su vida a ejercer de historiador en los márgenes, fuera del ámbito universitario, por libre. Lo explica luego el propio Cercas. Luego lo reivindica. Pero al principio. En la segunda página. Oscuro.

En fin (de nuevo).

Estoy cayendo en la reiteración.

El impostor me ha parecido un libro decepcionante.

Y por ello precisamente recomiendo su lectura para que podamos debatir al respecto.

El impostor. Enric Marco. 425 páginas. Random House

¿Te ha parecido interesante?

(+6 puntos, 6 votos)

Cargando...

3 pensamientos en “Mis problemas con Javier Cercas (y el adjetivo sobrante)

  1. Mientras leía, estimado lector disperso, pensaba, bien, me da la razón y me invita a no gastar un solo céntimo en otro libro de Cercas, el Murakami español, siempre humo y adjetivos de más, pero después retas a quien te lee y aplaude la valentía de reseñar desde los márgenes y le espetas una orden tácita para que se zambulla en la novela. No está bien eso que haces, pero ya sabes que aunque casi siempre seamos incompatibles literariamente, tengo mucho respeto por lo que cuentas en tus reseñas nada dispersas y siempre tan poéticas como la mejor de la mentiras. Así que leeré esté libro construido con adjetivos de más y asfixiante orgullo de padre.

    Un saludo y una petición, podría aventurarse, estimado lector disperso, en los próximos tiempos hacia una mayor regularidad reseñadora.

  2. No me parece que el adjetivo ‘oscuro’ aplicado a Benito Bermejo en su actividad como historiador tenga un carácter peyorativo, ni suponga un menosprecio hacia su labor. Al menos yo no lo percibí así. Coincido con la crítica en que el libro se repite mucho, reproduciendo una y otra vez frases y párrafos enteros. Y ciertamente no tiene razón Cercas cuando dice que el país se inventó un pasado heroico antifascista. Eso solo lo hicieron algunos, no demasiados, elementos de la izquierda. La gran mayoría de la población fue posfranquista más o menos satisfecha, igual que fue franquista más o menos satisfecha.

  3. Lei el libro hace unas semanas y me resultó notable. En realidad Cercas trata de intentar entender al personaje, con su estilo, con sus metaforas, buscando una motivación, que uno como lector puede aceptar o no, pero hay que admitir que es original y que finalmente sabemos más que sabíamos.

Aviso Legal
Esta es la opinión de los internautas, no de diarioabierto.es
No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
Su direcciónn de e-mail no será publicada ni usada con fines publicitarios.