El presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), José María Roldán, fue director general de Regulación del Banco de España. Más de un año después, se le nota de dónde procede. Y en el Nueva Economía Fórum hubo momentos en los que parecía que hablaba más un supervisor que el portavoz de la banca. En cualquier caso, una intervención interesante, con muchos mensajes, del presidente de la AEB.

El primero, “fundado y moderado optimismo” sobre la recuperación, que ya se está transmitiendo a la creación de empleo. Aunque “mucha gente todavía no lo percibe” y se está “muy lejos de resolver el problema del paro”. “Las heridas de la crisis tardarán en cicatrizar”, reconoce Roldán.

“Pese a que se han saneado sin recurrir a recursos públicos, la sociedad mira a los bancos con recelo, con desconfianza. Pero los bancos no son el problema, sino parte de la solución”, insiste el presidente de la AEB.

“El crédito juega un papel fundamental en la recuperación. Y los bancos tienen suficiente capital y liquidez para atender la demanda solvente”, afirma Roldán. Que, inmediatamente después, precisa: “la solución no pasa por dar financiación a clientes insolventes”. Y defiende el desarrollo de alternativas a la financiación bancaria.

Los bancos están “preparados para acompañar el proceso de recuperación”, pero Roldán matiza que hay “poca demanda” de nuevas inversiones por parte de las empresas, ya que están retrasando decisiones “hasta que no desaparezcan las incertidumbres”.

El presidente de la AEB defiende el modelo de negocio de la banca española, basado en “financiar la economía real a través de relaciones a largo plazo con familias y empresas”. Pero tiene muy claro que la banca “o recupera la confianza del cliente o está en riesgo de desaparecer”.

Roldán reconoce que la rentabilidad por dividendo de la banca está en el 6%-7%, “muy por debajo del coste de capital”, por lo que “es imprescindible cerrar esa brecha”. Para ello hay que seguir con el control de los costes operativos, pero sin dejar de invertir en infraestructuras tecnológicas “cuyo rendimiento sólo se producirá a medio plazo”.

 Igualdad de obligaciones

El presidente de la AEB reclama “igualdad de obligaciones de los nuevos jugadores para que la banca pueda competir en igualdad de condiciones”, evitar arbitrajes tecnológicos, regulatorios y de protección al cliente, lo que implica una “homogeneización de las normas sobre productos financieros con independencia de la entidad que los comercialice”.

Roldán cree que la educación financiera es fundamental para “formar clientes exigentes”, por lo que ésta debe comenzar en las escuelas.