El retrato de la Familia Real por Antonio López

03/12/2014

Carmen Duerto.

cuadro 640

Es difícil que el retrato a una familia aguante un proceso de elaboración de 18 años. En ese tiempo la familia ha ido cambiando tumultuosamente e incluso, los personajes que ahora se presentan en el cuadro como de la Familia Real no son tales en 2014, fecha de terminación de la obra y de su presentación en sociedad junto a otros retratos reales en el Palacio Real de Madrid. Las infantas Elena y Cristina han salido del núcleo central de la familia real y se han incorporado tres personajes nuevos; Letizia, Leonor y Sofia.
Un retrato a una familia, encargado hace casi dos décadas y que ve la luz ahora, es complejo y como es lógico, todos hemos cambiado. Antonio López captó una instantánea con 20 años menos y en todo el tiempo que ha empleado en terminarlo, esa familia ya no es la que era, ni tampoco es ya Familia Real al 100 por cien. Cierto, que en el momento del encargo, es la que era: los reyes Juan Carlos y Sofía y sus tres hijos solteros, Elena, Cristina y Felipe.

En una composición curiosa, el patriarca sujeta discretamente a su esposa con el brazo izquierdo y con mas cercanía, se apoya con el derecho en la primogénita y en los extremos, sin tocar a los tres personajes centrales, Cristina, hoy apartada de todo y expatriada en Suiza y el benjamín de la familia, Felipe, actual rey.

También la escenografía es curiosa, un fondo neutro y como desconchado, en ese estilo que los decoradores llamarían «gustaviano». Una pared que en otros tiempos pudo ser la de una estancia espléndida con tapices o incluso entelada, ahora el pintor nos la dibuja con evidentes muestras de abandono y por la que se cuela algún rayo de luz. Todo muy simbólico, la verdad.

La indumentaria de los protagonistas del cuadro, también es curiosa. Si ellos eran conscientes que el de Antonio López seria el gran cuadro de la Familia Real, llamado a pasar a la posteridad junto a los retratos de sus antecesores, pintados por Goya o Velázquez, la verdad, es que si eran conscientes de ese hecho, eligieron un vestuario curioso y digno de analizar 18 años después. Dos décadas en moda se notan levemente en el largo periodo de un siglo, pero pueden ser como una losa, cuando miramos nuestros álbumes de fotos y nos vemos dos décadas hacia atrás… La moviola puede ser nuestra peor pesadilla.

En los varones, al haber optado por sendos trajes de chaqueta, el riesgo es mínimo. Uno en azul marino y el otro en gris, que también han sido los colores que han predominado en sus armarios durante sus reinados. Las mujeres tienen en común el uso de un zapato anodino, plano que no favorece ni proporciona una silueta esbelta y mas si las tres señoras figuran en la composición de pie.  Las poses de los cinco protagonistas son aburridas y dejadas, tanto como las expresiones. Los conjuntos que visten y la ausencia de complementos son tan modestos en colores, telas y diseños que el cuadro resulta pobre y rancio, con el agravante de que es la pintura escogida para unirse a la galería de retratos históricos de las Familias Reales españolas. Siempre hay que dejar pistas a los antropólogos, expertos en vestimentas o historiadores del futuro sobre cómo fue nuestra época, con este cuadro les dejamos una herencia visual un tanto desolada, pero quizás, esa es la intención o no…

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