El acuerdo entre Telefónica y BT podría ser inminente, si bien la complejidad de la operación requiere puntos de negociación delicados. El presidente de la operadora española, César Alierta, ha viajado a Londres -según publicaba ayer Financial Times- con el objetivo de cerrar aspectos que permitan que BT negocie en exclusiva con la compra de O2, filial de la empresa española es ese país.

De esa forma se libraría de la competencia de Orange y Deutsche Telekom, que han ofrecido al antiguo monopolio británico su empresa EE, que le proporcionaría, al igual que O2, de servicios y activos que BT necesita para competir en las condiciones que ahora reclama el mercado.

Si bien Telefónica no quiere vender O2 sin más, aunque la transacción le sirviese para reducir deuda. Intenta compaginar ese objetivo con la permanencia en el mercado británico. La vía sería la entrada en el capital de BT con una participación que estaría en el entorno del 15%. Un pacto que podría ser el embrión de un potente grupo con capacidad para competir de cara al futuro con las grandes multinacionales estadounidenses y asiáticas.

En este contexto, la prensa británica destaca que British Telecom, que es el mayor operador fijo del Reino Unido, tiene previsto anunciar de forma inminente su elección: el operador de telefonía móvil compra para estar en disposición de presentar ofertas convergentes (fijo + móvil + datos y contenidos) a sus clientes.