No es fácil lanzar un mensaje optimista cuando la Bolsa había perdido la cota psicológica de los 10.000 puntos (luego subió el 1,8%, hasta los 10.081). Pero Antonio Zoido, presidente de Bolsas y Mercados Españoles (BME), lo hizo en el tradicional almuerzo de Navidad. “La Bola española finalizará 2014 nuevamente como una de las mayores del mundo, con una capitalización de 1,1 billones de euros, un 16% superior a 2013”, augura.

La remuneración a los accionistas por parte de las empresas españolas supera los 42.200 millones de euros, el 81% más que en 2013 y, lo que llama más la atención, el 27% por encima del máximo histórico de 2009. El 27% de los dividendos han sido en títulos (‘scrip dividend’, que parece que escrito en inglés queda mucho mejor).

Otro dato para el optimismo: las familias son dueños del 27% de la Bolsa, siete puntos más que antes de la crisis y el porcentaje más alto en los últimos 11 años. Los inversores extranjeros poseen el 40%, porcentaje récord también.

Zoido aprovecha para subrayar “la necesidad de un cambio en el modelo de financiación tradicional, con más peso hacia los mercados de capitales”. Y para sugerir que las empresas aumenten su tamaño “para ser más productivas, competitivas y mejorar su acceso a la financiación”.

El presidente de BME cree que la deslocalización de emisiones de renta fija “debe revertirse con la intervención de los reguladores, supervisores, emisores e intermediarios”.

 No a la tasa Tobin

Critica la Financial Transaction Tax, porque “si se quiere fomentar la utilización de canales de financiación alternativos, no tiene sentido implantar tasas que graven la contratación” y, además, está en contradicción con la Directiva MiFid, que “tiene entre sus principales objetivos la reducción de costes”.

La Bolsa debe facilitar “la provisión de financiación de las empresas de forma eficiente, segura y transparente”. En ese sentido, el presidente de BME aplaude que “los mercados europeos caminan hacia una misma regulación”. Y recuerda que “la calidad de la información es uno de los fundamentos del buen funcionamiento del sistema financiero” y que “la confianza es el timón de las Bolsas”.

Conclusión de Antonio Zoido: “La Bolsa española encara el nuevo año con unas previsiones favorables, y conservando el atractivo de ser un destino preferente para los inversores internacionales. Es una buena noticia tanto para las empresas como para los inversores”.