El Dr. Rallo ha asegurado que los problemas se inician en la educación inclusiva por la falta de recursos públicos y se incrementan en la etapa formativa posterior por “la disminución de los Centros Especiales de Trabajo, debida a la reducción de la actividad y al retraso en el cobro de las subvenciones públicas”. Este contexto adverso se completa con el cierre de muchas empresas o la reducción de plantillas.

El autor de la tesis ha propuesto la activación de estrategias de concienciación que vayan dirigidas a empresas de menos de cincuenta empleados para establecer una vía resolutiva ante las dificultades de integración laboral.

Rallo ha indicado que se debería establecer la relación de indicadores de prosperidad y progreso económico con la tasa de actividad del colectivo de personas con discapacidad, es decir, se evidencia que las Comunidades Autónomas con un PIB per cápita superior a la media española registran índices de inserción laboral de personas discapacitadas también superiores a la media estatal.

La implementación laboral en países “e-preparados”, basados en las nuevas tecnologías TIC, es la que presenta una de las tasas más altas de actividad en el colectivo de personas discapacitadas.