Pablo Martínez es licenciado en física, con un doctorado, conocimientos básicos de psicología y primeros auxilios y un titulo de proyectista instalador de sistemas de energía solar.

Además, desde la semana pasada es uno de los 100 aspirantes a conquistar Marte. En esta aventura tiene el apoyo de su familia, aunque «unos con más entusiasmo que otros», según ha explicado. También ha confesado que «hay una parte que se muestra escéptica» respecto a que llegue a irse.

El embarcarse en este proyecto, que le llevará en un viaje sólo de ida al planeta rojo, es, a su juicio, una cuestión «principalmente de mentalidad». Y asegura que no piensa en la muerte, sino que prefiere plantearse qué es lo que va a hacer en su vida.

«Y, en ese sentido esta misión concentra prácticamente todo lo que siempre he querido hacer en y con mi vida», ha explicado en una entrevista concedida a Europa Press.

Asegura que está tan seguro de este proyecto que aún no ha necesitado ayuda psicológica para prepararse y dice que piensa «mucho más» en lo que tiene «por delante» que en lo que deja atrás y que no le satisface.

Para Martínez, existen «muchos motivos» por los que irse a vivir fuera de la Tierra: «explorar, vivir en otro planeta, ir al espacio, investigar, llevar un modo de vida que aquí seria imposible, una buena dosis de aventura», ha enumerado.

Y además, considera que con este proyecto puede «hacer algo grande por la humanidad» y pertenecer a una iniciativa en la que «la humanidad pueda sentirse unida sin importar país, color de piel o sexo». «También es un proyecto cuyas investigaciones tendrán luego aplicaciones tanto en medicina como en el día a día, nuevas formas de reciclaje, de cultivo, es una inversión que puede ser devuelta por centuplicado», ha declarado.

Martínez cree que «la raza humana no tiene futuro si se queda en la Tierra» y debe «empezar a expandirse por el universo si quiere seguir evolucionando y yendo hacia delante». «Este un pequeño primer paso», ha dicho.

Sin miedo

Preguntado por si siente miedo ante lo que le puede esperar en el espacio, Martínez ha señalado que siente «respeto», pero le da más miedo que le mantengan vivo en la Tierra, «jodido y puteado en una cama atado a un montón de cables y habiendo dejado pasar una oportunidad como esta», ha señalado.

El candidato recuerda que si, finalmente, el proyecto o él se quedan en tierra tendría que ponerse a hacer algo «tan anodino como buscar trabajo». Una vida muy diferente a cómo se imagina que será su estancia en Marte. «Me imagino recogiendo verduras en el invernadero, investigando, dando paseos por el exterior en mi traje de protección, haciendo mantenimiento, jugando a rol con mis compañeros, tomando decisiones con ellos, una vida relativamente normal, pero con unas restricciones distintas a las que tenemos aquí. Y sin políticos ni lideres de ningún tipo dando la brasa», ha bromeado.

En cuanto a las razones por las que cree que ha llegado hasta la tercera criba, el físico ha indicado que en él destaca «una combinación entre conocimientos adquiridos, experiencias vitales –algunas de las cuales no se pueden encuadrar en los parametros ‘normales’, según ha explicado–, y sobre todo psicología y mentalidad. «Saber que quiero ir y, más importante aún, por qué quiero ir», ha concluido.