La oscuridad en el mundo contemporáneo; El museo de todas las cosas

26/10/2010

P. Garner y D.D. Carpintero.

La oscuridad en el mundo contemporáneo

En los vertederos crecen flores. Entre la hojalata retorcida y las heces de rata y las cenizas tóxicas despuntan los tallos verdes. La única criatura que sobrevivió en el epicentro de las explosiones de Hiroshima y Nagasaki fue un árbol sagrado llamado Ginkgo. De los sórdido y lo sombrío surgen las mejores obras de arte. Todas las grandes historias tienen un núcleo siniestro que el espectador observa con una perpleja incomprensión aterrada que lo sobrepasa en tamaño y en complejidad. Dos artistas —Alejandro Carpintero, Nacho Torrecilla— abordan de un modo honesto los aspectos oscuros de una época en que se producen más desperdicios y más chatarra que en cualquier otra conocida por el hombre. La producción continua y frenética de basura por todas partes es la ocupación a la que el individuo medio de nuestro tiempo se entrega con más fervor. Carpintero es uno de los pintores figurativos más interesantes que pueden verse hoy en día en España. Torrecilla es una figura emergente en el arte actual. Los dos ofrecen una muestra conjunta, La oscuridad en el mundo contemporáneo, en el centro cultural Mediodía Chica del barrio de La Latina. Sus obras estarán del 29 de octubre al 14 de noviembre en el número diez de la calle Mediodía Chica. Se trata de la mejor exposición underground que puede visitarse estos días en Madrid. Averigüen más aquí: http://www.mediodiachica.com/blog/

El museo de todas las cosas

Imaginen un museo en el que las delicias de la taxidermia victoriana se muestren junto a una colección de besos capturados para la eternidad en impresiones de pintalabios rojo sobre papeles enmarcados. Todo eso al lado de un condón de la marca Elvis, la entrada para un concierto de Elvis, el nombre de Elvis escrito en un grano de arroz. A la izquierda una de esas casetas en las que los feriantes mostraban al público seres humanos monstruosos. A la derecha los zapatos de un enano que fue célebre en su tiempo. Detrás del visitante las piezas de Nek Chand, un indio que trabajaba construyendo carreteras y cuya obra consiste en las figuras que componía ensamblando los objetos que se encontraba por ahí. Se trata del Museum of Everything. En realidad no es un museo sino una exposición que estuvo en Londres hasta febrero y que tuvo tanto éxito que decidieron llevársela a dar vueltas por Inglaterra como si fuese un circo. El propio Damien Hirst ha prestado una obra suya para que se exponga en el museo. Pero el grueso del material ha sido sacado de la colección privada del artista pop británico de sir Peter Blake. El comisario de la muestra, James Brett, describe el conjunto así: «Es como un tren fantasma que circula por una vía con un montón de curvas inesperadas que cogen a la gente de sorpresa». El Museum of Everything podrá verse otra vez en Londres, en la esquina entre Regents Park Road y Sharpleshall Street, desde ahora hasta el 24 de diciembre. Vean la página web: http://www.museumofeverything.com/

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