Ricardo Sanz en Kabuki

Kabuki. Instalado en el hotel Wellington permanece desde hace más de una década en un muy elevado nivel culinario. Ha sido el primer restaurante español de comida nipona que ha conseguido una estrella Michelin. En las deliciosas elaboraciones de Ricardo Sanz se fusionan lo mejor de las gastronomías japonesa y mediterránea.  No hay que dejar de probar el estupendísimo tartar de toro con angulas, el pez mantequilla con trufa (insuperable), una ventresca de atún con angulas, caviar de mújol y huevo de corral, el riquísimo dim sum de gambas (el mejor de Madrid)… Recientemente han llevado su arte culinario a precios más moderados a la T4 del aeropuerto de Barajas para alegría de los amantes de los bocados sabrosos. ¡Al fin se puede comer bien en el aeropuerto!

Shikku de Lagasca

Shiku. Cuenta con dos restaurantes: en Lagasca (más íntimo y coqueto) y en Doctor Fleming establecimiento que dispone de un Teppanyaki con un reservado para 12 personas, un cóctel lounge donde tomar un mojito de shisho, una barra de sushi y hasta servicio para llevar.  Ofrecen dos menús muy completos, ambos fabulosos, para probar casi todas  sus especialidades: el menú Shikku (50 euros) y el Izakaya (70 euros). Imprescindible probar el uramaki de atún y trufa, el tartar de toro picante, el teriyaki de foie, el tataki de atún con aguacate y salsa kaba-yaki y el bacalao negro.

Nikkei 225

Nikkei 225. Un restaurante chic, cosmopolita, con una ubicación inmejorable (Castellana 15), una decoración muy cuidada y en el que además se come de lujo. ¡Qué  más se puede pedir! En Nikkei 225 fusionan con acierto la cocina andina y peruana con la asiático-japonesa. No hay que dejar de probar el tiradito en crema de ají con curry, las gyozas de cerdo y langostinos con salsa de mandarinas, o los originales nigiris: de pez mantequilla con salsa de anticuchos, de entraña de buey con huevo de codorniz…

Miyama. Se inauguró a hace ya seis años en plena Castellana convirtiéndose en un referente entre los restaurantes japoneses desde su inauguración. El comedor es sencillo pero la carta es extensa; en ella tienen cabida desde las elaboraciones de cocina japonesa más contemporánea hasta los guisos más clásicos y, por supuesto, todas las variedades de sushi habidas y por haber. Sashimis de pescado blanco del día, de ostra, de pulpo perfectamente cortados y con una materia prima excepcional, riquísimos makis, buenas propuestas con carne de buey y pollo…

99 Sushi Bar. Otro de los grandes referentes de comida japonesa en Madrid. Excelentes sushis y sashimis, muchos de ellos reinterpretados con acento español. Pero si algo bordan aquí son los nigiris. Para no perderse el guncan de salmón con mostaza y mayonesa, el nigiri de papada de cerdo con huevo frito, los de anchoas y lomo de sardina, de lomo de buey, de panceta y kimchi, el de salmón con salsa picante o el especial de gamba roja, cuya cabeza se presenta a la plancha y la cola abierta sobre un nigiri templado. Otras muestras apetecibles  de la carta pueden ser el cóctel de erizos  en tempura, el tataki de bonito ahumado en madera de haya o el usuzukuri de caballa con salmorejo picante de yuzu y jalapeños. Ya cuenta con cuatro establecimientos, pero el emblemático sigue siendo el de la calle Ponzano.

Doki Doki

Doki Doki. Nos encontramos ante la revelación de la temporada en cuanto a restaurantes japoneses se refiere. Ubicado junto a la Puerta de Alcalá, en la calle Villalar, destaca por su excelente calidad-precio. Su curioso nombre tiene una explicación: cuando algo nos acelera el pulso, en japonés se dice que nos hace «doki doki». Merece la pena llevarse a la boca casi toda la carta: sus sushi, nigiris (el de viera es espectacular), el dragon roll (con langostino, anguila y aguacate), el tataki de buey wayu, el bacalao negro, el uramaki de vieras con yuzu, el ramen (la sopa de fideos china versión japonesa) con carne de Kobe… Si mantiene el nivel Doki Doki está llamado a colarse en el podio de los elegidos.