Es un placer poder contar cómo a una empresa que acaba de crearse le va bien porque habitualmente, todo lleva su tiempo y cuando se lanza un proyecto empresarial pasa un tiempo hasta que las bases se asientan, no digamos ya, hasta que se pueden apuntar beneficios. Hoy marchamos hasta el Mediterráneo para contar la historia de una pyme, Indeal, que tiene sus patas entre Murcia y Sochi, en el Cáucaso. Su fundadora y actual directora de exportación, Galia Tashchyan, explica esta unión de culturas: “En el Cáucaso hay una gran tradición de recolectar frutos secos y fabricar con ellos alimentos para el invierno. Vengo de allí pero llevo muchos años en Murcia, donde he encontrado un gran amor por la tierra y la huerta”, comenta Tashchyan. Un día se les ocurrió hacer bombones siguiendo esa tradición y con recetas de la familia: “Hicimos una pequeña cata entre vecinos y no esperábamos tanta acogida, todos nos animaron a seguir”, añade. Lo hicieron y así nació esta empresa que emplea a diez personas en fábrica y oficinas y que cuenta con más de 40 distribuidores. Sus productos gourmets (bombones de higos, almendras con chocolate, e incluso otros más osados como patatas fritas con chocolate) pueden encontrarse en el sur de Alemania (fue el primer país al que llegaron), en Italia, Japón, China, Corea… Pretenden que en el futuro el 80% de su facturación venga del extranjero.

El 70% de los fondos para montar el negocio eran propios. ¿Problemas a la hora de iniciar la actividad? “Los comunes a casi todos los emprendedores. Afrontar la financiación, mover toda la maquinaria para empezar a vender, empezar a exportar, con lo que esto conlleva en un mercado tan grande, competitivo y global”, analiza la fundadora.

Sus delicias pueden adquirirse en la tienda on line y en tiendas gourmet de Valencia, Andalucía, Madrid, País Vasco, Cataluña, etc… Las materias primas vienen de Murcia, de Extremadura, de Bélgica y de Túnez. Comenzaron a producir en octubre del año pasado, pero ya han producido 4.000 kilos de bombones y unos 3.000 de patatas. De momento no se plantean ampliar la oferta de productos puesto que con los actuales les va muy bien: en menos de tres meses facturaron alrededor de 120.000 euros. Un logro tan dulce como sus productos.