Así que eran ellos…

14/03/2011

diarioabierto.es.

Leo estos días algo en un reportaje de Negocios de El País que los responsables del Banco de España, con el PP y con el PSOE, advirtieron los problemas de la burbuja inmobiliaria y que nada hicieron, no sólo por  atajarla, sino que cedieron a presiones políticas y callaron.

Ellos, lo que callaron sobre el desastre que se avecinaba, los mismos que nada hicieron para atenuar el desastre, hablaban y hablan sobre la necesidad de reformar las pensiones (endurecer las condiciones), reformar el mercado de trabajo (abaratar el despido) y otros asuntos que en muy poco les concernía.

Mientras sacaban pecho hablando del mercado laboral, el sistema financiero se hinchaba en burbujas y beneficios, con su silencio cómplice y cajas y bancos campaban alegremente por el espacio de la especulación, el crédito enloquecido, las hipotecas más largas que la vida, y el dinero fácil.

Nadie les ha pedido responsabilidades. Y ahora las cajas y bancos se sanean con dinero público, y se recogen los restos de la fiesta y el banquete, sin que nadie se moleste en preguntarse quién debería pagar todo esto.

El señor Fernández Ordoñez, Gobernador del Banco de España y uno de los señalados en el reportaje de El País como responsable del silencio ante la catástrofe financiera, sigue su cruzada metiéndose en el cómodo campo laboral.

Evidentemente sus ataques contra sindicatos y trabajadores no le causarán ningún problema comparado con el que tendría si ese mismo coraje y valor lo empleara contra el poder financiero y político o si utilizara sus ardores en defender, como cabría esperar de su afiliación socialista, el reparto equitativo de la riqueza, la defensa de los derechos de los trabajadores o la justicia de unas leyes que protegieran a los más desfavorecidos de la sociedad.

En fin, como siempre, vayamos a la poesía, bálsamo y consuelo ante la cruda realidad. Vayamos con Paco Brines, maestro de la vida y de la poesía.

Seguid con vuestros ritos fastuosos, ofrendas a los dioses,
o grandes monumentos funerarios,
las cálidas plegarias, vuestra esperanza ciega.
O aceptad el vacío que vendrá,
en donde ni siquiera soplará un viento estéril.
Lo que habrá de venir será de todos,
pues no hay merecimiento en el nacer
y nada justifica nuestra muerte.

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3 pensamientos en “Así que eran ellos…

  1. Somos muchas las personas que estamos en la misma sintonía, las que compartimos inquietudes, rabias, desazones… ¡Qué lástima que no hagamos por organizarnos!.

    «…Será el mundo alumbrando horrores, y yo sólo ofrezco maldiciones» («Preguntas», Ismael Serrano).

    Ahí llevas las gracias sinceras de siempre, Rodolfo.

  2. Magnífico artículo, muy ponderado y certero sobre esos cínicos que después de aquel entonces se negaron incluso a desvelar sus estipendios.

  3. Si el ciudadano de a pié veia muy claramente que esto tenía que explotar ¿como no lo iban a ver los políticos? Pero mientra llenaran a bolsa de billetes ¿para que preocuparse? Un abrazo, Rodolfo, nos vemos pronto

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