El primer Congreso Internacional sobre Espiritualidad y Creatividad, organizado por la escuela de negocios ESADE, busca avivar la creatividad y los valores en el ámbito educativo a fin de mejorar la productividad empresarial. Durante la conferencia que se celebrará este fin de semana se dará respuesta a cómo se mide la espiritualidad, y si las personas “con alma” consiguen un liderazgo óptimo, o bien son más creativas.

Chris Lowney, jesuita convertido en un alto ejecutivo de JP Morgan, remarca que “el liderazgo es sumamente espiritual” y en él entra en juego la libertad del empresario ante cualquier decisión. Estas competencias subjetivas se enseñan a los estudiantes de ESADE para ayudarlos a ser excelentes directivos.

En el actual panorama, “no bastan las métricas y paneles, aunque las necesitamos, sino que es el equilibro con la humanización y la espiritualidad lo más importante”, detalla el profesor Richard Barret, especialista en inteligencia emocional. Y añade que los recién graduados en un MBA tienen menos inteligencia social al final del curso, cosa que no ocurre con los alumnos de esta escuela de negocios, según sus propios portavoces.

Los estudiantes de ESADE aprenden los valores de espiritualidad, por lo que “la idea del congreso comenzó de la curiosidad personal: quería averiguar cómo la gente define espiritualidad, si ésta se puede enseñar y si tenemos que traer la espiritualidad a las escuelas de negocio” aclara Simon Dolan, profesor de la business school.

En innovación, Richard Barret puntualiza que “la creatividad aparece cuando nos comprometemos con la expresión de nuestra propia esencia”, es decir, la cuestión reside en conceptualizar una idea propia que salga “desde el alma”.