“Se ha quemado todo menos nuestra ilusión y nuestras ganas de salir adelante”. Ésa fue la reacción de Campofrio tras sufrir el 16 de noviembre de 2014 un incendio que destruyó la fábrica de La Bureba (Burgos). “Que nada ni nadie nos quite nuestra manera de afrontar la vida, de hacer las cosas”, insiste Remedios Orrantía, directora de Recursos Humaos de Canpofrío Food Group Holding, que narra en las XXIV Jornadas Internacionales de Mapfre Global Risks, que se celebran en Bilbao, cómo la empresa gestionó esa crisis.

Orrantía reconoce que las cifras del impacto del incendio “te dejan en shock”, con 1.000 empleados afectados, y en jugo el 37% de las ventas y la mitad del beneficio neto de la empresa. Por eso, es tan importante contar con protocolos de actuación para catástrofes de estas características, un modelo de gestión de crisis.

Campofrío tuvo suerte, pese a todo, porque no hubo daños personales y las plantas de Jamones Burgaleses y Carnes Selectas no se vieron afectadas por el incendio. Pero hubo que hacer un expediente de regulación temporal de empleo (Erte), que costó 11 millones de euros, y el 37% de los trabajadores fue recolocado en otras plantas de Burgos y del grupo (tanto en España como fuera). La Oficina de Atención al Empleado resolvió 1.101 situaciones de los trabajadores de Campofrío afectados por el incendio.

“No optamos por lo fácil”, subraya Remedios Orrantía. El cumplimiento del plan estratégico del grupo era innegociable, pese al impacto del incendio. Y había que reconstruir la fábrica destruida por el fuego.

“La campaña de Navidad fue clave” en la recuperación de Campofrío, lo mismo que el acuerdo con los sindicatos.

“Afrontamos la crisis con comunicación”, a escala local, regional, nacional e internacional, señala la directora de Recursos Humanos de Campofrío. “Todas y  cada una de las decisiones que tomemos van a tener su repercusión, su impacto, por eso es vital gestionar bien una crisis”, explica. “Hay que trabajar muy duro, pero sobre todo tener muy claro cuál es el objetivo de empresa”, enfatiza.

También fue fundamental contar con “un programa muy sólido de seguros”. El incendio de La Bureba activó pólizas de Daños, Responsabilidad Civil y D&O (Responsabilidad Civil de directivos). “Había que gestionar todos los impactos”, señala Remedios Orrantía, que recuerda la respuesta de sus aseguradoras, Mapfre y Factory Mutual (FM): “Contad con nosotros, estamos para eso. Nos dio tranquilidad y más motivos para seguir adelante”, insiste.

Tras reducir de 12 a 6 las referencias de Campofrío en los comercios, la empresa inició en enero una estrategia de “ventas agresivas” para recuperar “la posición que teníamos en el mercado antes del incendio”. “No se trataba de aprovecharnos de la situación”, precisa la directora de Recursos Humanos de Campofrío.