Contar con fuerza interior y perseguir un sueño, elementos esenciales para el líder de equipos

26/05/2015

Carme Castro, coach y socia de Kainova. Sólo los líderes son capaces de inspirar a otros y movilizarlos.

Estudiando y analizando a grandes líderes de la historia llegué a esta conclusión: si quieres liderar tienes que tener un sueño, y perseguir ese sueño te hace líder. ¿Por qué un sueño y no una visión? Porque un sueño tiene implícita una ilusión, algo en tu interior te dice que si lo consigues, te hará feliz y te llenará de satisfacción. Alcanzar la felicidad es lo que nos moviliza a los seres humanos.

Aun así, no basta con tener un sueño, tienes que creer en él. Esa creencia, junto con la visualización de lo que representa alcanzarlo, es lo que provoca la llama interna que nos hace luchar para conseguirlo. Tener un sueño y creer en él moviliza tu fuerza interior para perseguirlo incondicionalmente.

Martin Luther King Jr. lo expresó magníficamente en el discurso del 28 de agosto de 1963. Lo pronunció desde las escalinatas del Monumento a Lincoln, durante la Marcha en Washington por el trabajo y la libertad, cuando habló, poderosa y elocuentemente, de su deseo de que existiera un futuro en el cual la gente de tez negra y blanca pudiesen coexistir armoniosamente y como iguales: “I have a dream”.

Gandhi, Mandela, Martin Luther King Jr.… Todos ellos tienen en común un sueño que quieren hacer realidad, un ideal que les moviliza internamente con tanta fuerza que les permite eliminar todas las barreras que se encuentran en el camino. Convierten esas barreras en problemas u obstáculos a vencer, para que no los limite en la consecución de ese sueño.

Dar a conocer su sueño con convencimiento y seguridad, inspiraba y movilizaba a las personas a seguirlos, pues anhelaban su causa y querían unirse a ella. Veían en ellos a líderes a los que unirse para conseguir ese sueño que compartían, pero que no se atrevían a expresar o que no creían poder conseguir.

¡Ese es el auténtico liderazgo! Los líderes son individuos que ejercen una gran influencia sobre la vida de las personas. Perseguir un sueño es tener una guía que nos ayuda a tomar decisiones porque sabemos a dónde vamos. Perseguir un sueño es comprometernos con nosotros mismos y asumir nuestra responsabilidad para conseguirlo. Perseguir un sueño nos lleva al auto-liderazgo, capacidad de aprender a liderar tu propia vida. Cuando lideramos nuestra vida alcanzamos la felicidad.

En el entorno profesional, liderar es algo más que ser un excelente ejecutivo, liderar es inspirar a otras personas para que se quieran unir y contribuir a alcanzar un objetivo. Pero, en este contexto, ¿podemos equiparar objetivo a sueño? ¿Cuál es la diferencia? Hay cientos de libros, artículos, documentación, estudios, investigaciones, casos de éxito y, aun así, ¿cómo es que es tan difícil liderar?

Un líder, un modelo a seguir
La formación en liderazgo y la experiencia no es suficiente para ser líder. El líder tiene que tener un sueño y creer en que puede conseguirlo. Tiene que saber transmitirlo y actuar en consecuencia, y ser así el modelo de que se puede lograr. Todo esto moviliza a las personas para que quieran unirse a él y seguirlo como se sigue a un líder.

Liderar es facilitar el entorno para que el talento se desarrolle. Es poner las condiciones para que las personas, los empleados, se entusiasmen con un proyecto, un reto o algo que les permita crecer como profesionales y como individuos, que les permita evolucionar.

Está en juego algo tan valioso como el trabajo, la ilusión, la vida profesional de aquellos a los que dirigimos, y ser consciente de esto da sentido al liderazgo.  Un líder que tiene un sueño, que transmite con entusiasmo, que hace sentir y vibrar a las personas de su equipo y entorno profesional, es el que consigue que los demás disfruten en su trabajo y sean felices, y en consecuencia, pongan su talento a disposición de la empresa.

Cuando el objetivo de un directivo se limita al cumplimiento de unas metas, el trabajo se convierte en una serie de funciones a ejecutar. Así, a medida que pasa el tiempo, observamos que su desempeño no es suficiente para hacer aflorar el talento. Será un magnífico ejecutivo pero no un líder.

Liderazgo es algo más que eso: es un ejercicio permanente de desestabilización de la rutina. Tener un sueño provoca entusiasmo, genera adeptos y seguidores que hay que ganarse día a día con la actitud, el comportamiento y las aptitudes.

Las personas necesitamos emociones que nos hagan darle sentido a ese esfuerzo que realizamos cada día en nuestro puesto de trabajo. Que el líder movilice los talentos para que afloren o se descubran, hace que las personas consigan su felicidad profesional, y esa felicidad sólo se alcanza al disfrutar de lo que están haciendo.

¿Podemos imaginarnos una empresa en la que las personas disfruten con su trabajo? ¿Cómo creen que sería esa empresa? Un Líder es un movilizador de talentos. Tu fuerza interior y tu sueño son capaces de inspirar a otros y movilizarlos. Sueña… define tu sueño y serás Líder, sí, con mayúscula.

 

Carme Castro (en Twitter, @carmecastroBCN) es socia directora en España de Kainova (@kainova_) y, en Chile, de Incosec-kainova (@incoseckainova), empresas especializadas en la gestión de personas para potenciar en las organizaciones culturas de alto rendimiento, mediante el ‘coaching’ y el ‘outsourcing’ de recursos humanos. Ingeniera Informática, por la Universidad Politécnica de Cataluña, se ha especializado en ‘coaching’ ejecutivo tras cursar diversos cursos de postgrado. También es profesora en la Universidad de Barcelona, en el Máster de Coaching y Liderazgo personal y el Máster Formación de formadores.

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