David de Castro

Entre los productos andaluces típicos hay uno que seguro le suena: la regañá, esa especie de pico de pan que acompaña un rico jamón o unos buenos quesos. Es difícil innovar y conseguir posicionar este producto, aparentemente tan simple, en los mejores mercados internacionales. Y sin embargo…

David de Castro se hizo con el horno Don Pelayo, de la localidad sevillana de Sanlúcar La Maor, en 2011 y le dio una vuelta al negocio: y como venía del mundo del vino, quiso crear unas regañás y unos picos que maridaran bien con los caldos. Y así nació la regañá Don Pelayo, a la que se conoce como la regañá de cristal, que se degusta en los mejores restaurantes de Nueva York, Japón y China.

“¿Por qué una regañá? Porque como de Castro venía del mundo del vino quiso aportar a este mundo un producto que elevara sus características organolépticas”, comentan en la compañía. Y así nace este pan, idóneo para consumir en cualquier momento pero también para limpiar el paladar entre cata y cata.

Las regañás se elaboran a mano (del horno salen unas 10.000 diarias) y con ingredientes de calidad como flor de sal de las marismas de Cádiz: “El proceso de elaboración es artesanal, sin emulgentes ni conservantes”, añaden. El producto está considerado gourmet y por eso puede encontrarse en grandes restaurantes, tiendas gourmet (las de El Corte Inglés), en Paradores, etc.

En la compañía trabajan 34 personas. En el corto plazo de vida de la empresa han conseguido vender, aparte de en Usa, en Francia, Inglaterra, Benelux, etc. Y es que a veces los productos sencillos son los más exitosos.