China, ¿posible burbuja?

13/07/2015

Jorge López.

 

A lo largo de la historia económica hemos vivido numerosas burbujas, que en un momento u otro estallaron, provocando importantes crisis en las economías que desembocaron en  grandes depresiones muy marcadas y, en algunos  casos, de larga duración, costando, en el más amplio significado de la palabra, un gran esfuerzo en resurgir en  todos los ámbitos económicos e influyendo en prácticamente todos los sectores económicos.

La memoria nos lleva desde la crisis de los tulipanes a la crisis económica de 2008 en Estados Unidos, la relevancia de este tipo de sucesos hace que prever la próxima burbuja se convierta en una tarea en la que se vuelquen demasiados esfuerzos en análisis económicos  y los logros sólo se atribuyan una vez que el  “pinchazo” de la misma  es una realidad. Sin servir las previsiones y los estudios previos para la  desactivación de una nueva burbuja.

Debemos tener en cuenta que habitualmente las burbujas y el estallido de éstas, tienen una influencia de mayor o menor impacto dependiendo de la previsión que se tenga de que se esté formando o si se tiene identificado el foco, bien sea éste una economía en particular o un sector concreto. Con lo cual la aleatoriedad y lo imprevisible del suceso, si  no está identificado, conlleva un impacto no cuantificable  que es lo que conocemos  como cisne negro.

En la actualidad son muchos los frentes abiertos y abundantes  los candidatos llamados a ser el siguiente en estallar. Una vez pasada la “moda” de la burbuja existente en renta fija, pero que no deberíamos olvidar, ya que podría ocasionar consecuencias nefastas en el futuro, si no somos capaces de generar una economía autosuficiente, con unos niveles de crecimiento aceptable y un consumo capaz de absorber todo el papel existente en el mercado, el colapso de los bancos centrales nos llevaría al desastre económico. Pero por el momento dicho problema parece haberse olvidado en algunas mentes económicas.

En la actualidad la que gana peso es China, ahora mismo a la economía asiática se le siguen sumando factores negativos, a la ya más que conocida burbuja inmobiliaria, a sus revisiones a la baja de crecimiento y previsiones económicas, se le suma la alta volatilidad que están sufriendo sus mercados de renta variable, lo que despierta miedo y desconfianza, provocando el intervencionismo por parte del Banco Central Chino, que elimina la posibilidad de apertura de cortos y cancela la posible venta de acciones de poseedores de más de un 5% de una compañía e inyectando liquidez en el sistema.

De todas formas debemos tener en cuenta que la caída de aproximadamente un 40% no debería escandalizarnos, ya que el Índice  tuvo una revalorizan de un 150%,  lo que obedece únicamente a un recorte meramente técnico, por lo que denominar el retroceso como burbuja me parece cuanto menos osado.

Debemos estar pendientes de las próximas noticias que se  produzcan en el país asiático y cómo se gestiona el intervencionismo de los entes regulatorios económicos de dicha economía, pero debemos estar abiertos a seguir analizando otros focos que también tienen serios problemas y que podrían desencadenar la próxima burbuja, que lo único que sabemos con exactitud es que llegará.

Jorge López es analista de XTB

 

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