Francisco Rivera

A Francisco Rivera Ordóñez, le han llamado hasta del «Wall Street Journal» a raíz del tsunami internacional que se ha levantado al verle en las redes sociales con su hija Carmen en brazos, mientras toreaba una vaquilla. Ahora le quita hierro, pero lo han pasado muy mal porque la acusación del Defensor del Menor contra él, era grave.

Ayer por la mañana, Francisco Rivera Ordóñez, se despachaba a gusto en Madrid a la salida de la Fiscalía de Menores, lanzando sus dardos envenenados porque no es comparable sus denuncias ante el Defensor del Menor, sobre el derecho a la privacidad de su hija Cayetana con torear con su bebé en brazos. «El respeto al menor debe ser absoluto pero yo soy su padre y puedo decidir dónde se ve a mi hija y dónde no. Lo que hace daño, en el caso de Cayetana, no es que se le vea la cara, sino las cosas que se dicen delante de ella, es llegar con mi hija a cualquier sitio y que ella escuche preguntas desagradables o tengamos un coche persiguiéndonos, eso es un daño psicológico que se le hace a Cayetana y siempre lo voy a denunciar, pero no sólo por mi hija, sino por cualquier hijo de padres famosos. La figura del Defensor del Menor es necesaria porque hay problemas gravísimos para perder el tiempo con esta polémica que se ha desmadrado».

Francisco Rivera

Por la tarde, en Sevilla, en el acto de presentación de los combinados premium del whisky Dewards en la primera embajada que abren en España, Francisco, más calmado se mostraba agradecido al fiscal «porque no hubiese visto indicios de que la niña hubiese corrido un riesgo y no ve motivos para ponerme una sanción y con las cosas tan importantes que hay en España que me hayan cogido a mí los anti taurinos para meterse con el mundo del toreo es indignante. Esto es un ataque al toro y nos han machacado. Toda la familia, los amigos y mis compañeros, a los que estoy muy agradecido por salir en mi defensa colgando también fotos en internet toreando con sus hijos, lo hemos pasado muy mal porque la acusación era muy grave». A raíz de la polémica virtual y sin deseos de entrar en política, Francisco es positivo: «quisiera desde mi humilde posición si puedo, ayudar a que se haga una ley para regularizar las redes sociales».

Francisco Rivera

Al parecer Francisco también tiene fotos toreando con su primogénita, la única diferencia es que no existían redes sociales y la foto se quedó en el ámbito de la familia. Al parecer, es una costumbre en su familia «si llego a saber que se monta esta polémica, hasta los hebreos saben que no la hubiera subido a las redes sociales. No lo he hecho con ninguna intención de reivindicar nada. Yo tengo fotos de mi abuelo con mi padre, de mi padre conmigo, de mi abuelo con mi madre, es algo muy nuestro». Decir que era la tercera vaquilla que toreaba el día de autos «estábamos todos en la plaza. Llevo 1500 corridas a mis espaldas porque desde los 17 años estoy en los ruedos. Sólo los profesionales sabemos cuándo hay peligro y esa vaquilla era un perro grande. Mi hija ha corrido riesgo cero».

Le recuerdo que a Antonio Bienvenida lo mato una vaca: «Sí, pero también se caen los aviones, hay atropellos…y había que ver cómo era la vaquilla que mató a Bienvenida y que carácter tenía, solo los profesionales, y yo lo soy, podemos evaluar el riesgo» Aprovechando que el Guadalquivir pasa por Sevilla y que su hija Cayetana ya tiene 16 años, era el momento de saber qué opción tomará, si seguir viviendo con su madre o llevar a cabo su deseo de vivir con su padre «No puede elegir, me he informado y hasta los 18 años no puede. Ella se había venido a vivir conmigo pero la jueza fue una cobarde y no ha podido ser».

Y sobre tener más descendencia, no lo descartan «practicamos todo lo que podemos». Hechas las paces con su hermano Kiko, le queda pendiente, Julián; «llego muy cansado a casa y las únicas cosas que veo en televisión son películas  de vaqueros, además Gran Hermano tiene muchos anuncios y por eso no le he visto y profesionalmente, decir que reaparece el 7 de febrero en la Monumental de Méjico, «es una responsabilidad y emoción tremenda. Lo haré con un traje de mi sastre Justo».