Un estudio ayuda a entender el origen de la complejidad celular

03/02/2016

Dayana García Blas. Dos investigadores del Centro de Regulación Genómica revelan que el paso de las células simples a complejas, como las eucariotas, no fue una fusión simple como determina la teoría dominante.

Tras tres años de investigación básica para saber algo más sobre el origen de la vida, dos científicos del Centro de Regulación Genómica, Toni Gabaldón y Alexandros Pitis, descubren la razón del salto evolutivo de pasar de una célula simple que incluye proteínas y el ADN en un sólo compartimento, bacterias y arqueas, a otra de más compleja que genera vida. El trabajo ha sido publicado este miércoles en la revista Nature.

Esta complejidad celular se centra en la célula eucariota que forma el ser humano, las plantas, los animales y los hongos. Se trata de una unidad que adopta una estructura pluricelular con un núcleo donde se ubican los cromosomas y los orgánulos, entre los que destacan las mitocondrias que producen la energía para la actividad celular.

Una fusión compleja

Con la finalidad de aclarar el paso de una célula simple a una de compleja, lo que explica el origen de la vida, Toni Gabaldón, jefe de grupo de genómica compartida, se desmarca de la teoría dominante que anunciaba que el salto se produjo al juntar dos células mediante una fusión simple, es decir, una célula de tipo arqueano acogió una de tipo bacteriano y se introdujo dentro hasta llegar a evolucionar y convertirse en mitocondria. Ahora, el experto remarca que el gran salto hacía la vida no fue tan simple.

Según el investigador “hay señales evolutivas de proteínas conservadas en organismos eucariotas y hemos visto que no hay solo dos, sino que hay varias señales bacterianas y arqueanas”. De hecho, Toni Gabaldón revela que, por primera vez, “nuestro trabajo dice que no fue una fusión simple, sino que llegaron distintas oleadas de genes a la célula eucariota para crear la vida”. En este sentido, fue en la última oleada cuando estos genes trajeron consigo la mitocondria, un orgánulo complejo que supone un paso evolutivo muy importante porque es donde se produce la energía.

Investigación básica, sin aplicación

Por otro lado, Toni Gabaldón ha dejado claro que, por el momento, este estudio “no tiene una aplicación directa en nuestro día a día”, pero si ayuda a entender cómo se originaron las células y su complejidad actual. Por ello, con este trabajo “esperamos conocer nuestras células mejor, lo que nos puede dar luz a entender porque nuestra célula necesita diferentes orgánulos y cómo estos se organizan a lo largo de la evolución” apostilla el científico, asegurando que hay enfermedades humanas que tienen que ver con unas proteínas que no se ubican en la parte adecuada de la célula.

“La investigación puramente básica sería comparable al estudio del origen del universo, cuando descubres un planeta por ejemplo” señala el experto, subrayando que, de momento, el estudio “no tiene una aplicación inmediata”.

Para llevar a cabo dicha investigación, tanto el estudiante de doctorado, Alexandros Pitis, como Toni Gabaldón han recurrido a los fondos de parte de una beca europea ofrecida por el Consejo Europeo de Investigación y el Ministerio de Economía y Competitividad del Gobierno de España.

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