A estas alturas de año, hay que reconcer que estamos viviendo más impacto mediático con los eventos de la pareja, que con el 400 aniversario de la muerte de Cervantes, actos de homenaje con los que los organismos no parecen ponerse de acuerdo.

Lo que son las casualidades de la vida, pared con pared al nuevo tiendón de Pronovias, concretamente en el número 27, vivió el Premio Nobel de Literatura, Ivo Andric. La vida de Isabel Preysler es una confluencia de señales. Y su llegada, para ejercer de madrina de la apertura, produjo un tsunami en el barrio de Salamanca. Con un traje creado por Hervé Moreau para Pronovias, descendió del coche, bajó a la planta sótano y habló.  Básicamente aclaró que no necesita volver a casarse, que siempre han sido sus pretendientes quiénes han insistido, que ella está muy bien así como están pero que para casarse antes tiene que haber divorcio, pero eso es una cuestión que no le compete a ella, si no a Mario. Y si volviera a casarse por cuarta vez, no lo haría ni de blanco ni de largo.

Si Isabel Preysler quiere escoger un vestido en esta firma catalana que tiene 52 años de existencia, no hay problema porque tienen de todo y las bodas civiles están en auge de ahí que cada vez haya más oferta. Y si es cuestión de presumir, hay que decir que España es líder mundial en el sector nupcial gracias a Pronovias. Somos los que marcamos las tendencias. Ahora se lleva la gasa elástica con bordado efecto tatuaje y las espaldas cuajadas de pedrería. En los talleres de Barcelona hay dos artesanas bordadoras innovando nuevas técnicas, por ejemplo, han creado un bordado invisible sobre gasa elástica con un efecto elegantísimo y también están incorporando los bordados en oro. Con la tienda inaugurada ayer, Pronovias ya tiene cuatro casas abiertas en Madrid pero en el mundo son más de 4.000 puntos de venta. Y los Palatchi ya tienen otro eslabón en la cadena con Alberto Palatchi Gallardo, la tercera generación ya está rodando. No se pierdan mañana una doble página dedicada a Isabel Preysler en el GTS de este periódico. Y hasta aquí me dejan contar.