El BBVA vinculará la remuneración variable de su plantilla a las ventas digitales en el marco del nuevo plan de retribuciones que entrará en vigor este año y que se aplicará en febrero de 2017, cuando el banco hace efectivo el pago del bonus.

El objetivo del nuevo modelo de retribución del banco es alinear la parte variable a la prioridad estratégica del grupo, que es la transformación digital.

Al mismo tiempo, el BBVA seguirá incentivando el incremento o el mantenimiento de la base de clientes, y la mejora en la satisfacción de éstos. Y se mantiene el peso que en el modelo de retribución variable tiene el desempeño individual de cada empleado.

El objetivo del banco es incrementar las ventas digitales en todas sus unidades. En España aumentaron el 12,1% hasta marzo, frente al 8,8% en 2015. Los clientes digitales de BBVA ascendieron a 15,5 millones, una cifra un 20% superior a la del mismo periodo de 2015. De éstos, 9,4 millones interactuaron a través del móvil, lo que supone un 45% más que doce meses antes.

Mejora drástica de la productividad

Por otra parte, el presidente del BBVA, Francisco González, considera «necesario» que el sistema financiero mejore de «manera drástica» la eficiencia y la productividad, y cree que el cambio tecnológico se erige como el factor «más poderoso» para lograr estos objetivos.

Esamejora es «especialmente relevante» como mecanismo para mejorar la transmisión de la política monetaria, reduciendo el coste del capital para el conjunto de la economía y aumentando los recursos disponibles por los agentes.

Durante la presentación del libro ‘La búsqueda de Europa. Visiones en contraste’, el presidente de BBVA ha admitido que los bancos actuales afrontan un «enorme reto». «Pero es en realidad una oportunidad para  aquellos que consigan adaptarse a las exigencias del mundo digital», precisa.

El presidente del BBVA insiste en reclamar reformas estructurales para fomentar el crecimiento. Entre ellas, mejorar la flexibilidad de los mercados, facilitar la creación de empresas, combatir los monopolios y estimular la investigación, el desarrollo y la innovación.  Y en educación, «no sólo hay que gastar más, sino gastar mejor».

Aunque en el corto plazo la revolución tecnológica puede afectar negativamente a la productividad a través de una caída en la inversión, «en el medio y largo plazo, la revolución de la información acabará teniendo un efecto muy positivo sobre la productividad, el crecimiento y el bienestar de las personas», insiste