La financiación alternativa quiere meterle un gol a la deuda del fútbol

28/05/2016

Miguel Ángel Valero. "Históricamente, el fútbol ha sido una inversión muy pobre", señala Peter Garnry, jefe de estrategia de renta variable de Saxo Bank, que culpa a la ausencia de "reglas económicas", y a la inflación incesante de los salarios y de los traspasos de jugadores.

El fútbol en España tiene una deuda de 2.675 millones de euros, según el “Informe Económico del Fútbol Profesional 2015”, elaborado por La Liga. De esta cantidad, 328 millones se adeudan a Hacienda. A pesar de que el fútbol genera grandes ingresos con los derechos audiovisuales, la publicidad, el merchandising, o la venta de entradas, no son suficientes para que los clubes profesionales afronten todos sus gastos.

Por ello, se han visto obligados a recurrir a fuentes de financiación como los préstamos bancarios, los fondos de inversión, las titulaciones, o incluso, algunas entidades se han planteado su salida a Bolsa.

Hasta hace poco, la fuente de financiación más utilizada por los clubes de fútbol en España era el crédito bancario. Hasta que llegó la crisis y los bancos dejaron de dar financiación. A partir de ese momento, muchos de esos equipos no han sido capaces de devolver sus préstamos, lo que les ha llevado a unos niveles de deuda muy elevados.

Luego llegaron los fondos de inversión, que los clubes vieron como una solución para seguir financiándose durante la crisis y una oportunidad para seguir invirtiendo en fichajes de jugadores, a pesar del ahogo por las deudas. Hasta que en mayo de 2015, la FIFA prohibió la financiación de jugadores a través de estos fondos, por ir en contra del ‘fair play’ financiero y poner en peligro la estabilidad presupuestaria de los clubes.

La prohibición de los fondos de inversión en el fútbol se fundamenta en que incentivan a los clubes a fichar por encima de sus posibilidades financieras reales, lo que desemboca en un mayor endeudamiento, que pone en serio peligro la viabilidad de éstos.

Otra de las alternativas a la que más recurren hoy en día los equipos de fútbol profesionales son las titulaciones. La emisión de bonos a partir de los ingresos fijos de los clubes. El problema es que estos bonos se suelen comercializar entre bancos, aseguradoras o fondos de inversión. Rara vez se ofrece algo así a los aficionados, que pueden estar interesados en invertir en el club de sus amores.

La prohibición de los fondos de inversión en el fútbol por parte de la FIFA, la inestabilidad de la Bolsa y la crisis del sistema financiero tradicional, ha llevado a los clubes a buscar nuevas fórmulas financieras para cubrir sus presupuestos y tratar de reducir su elevado endeudamiento.

La financiación alternativa, como el crowdlending, los préstamos de particulares a empresas, se presenta como una oportunidad para los clubes de fútbol. Las plataformas de financiación participativa que se basan en el crowdlending se presentan como una opción real para que los clubes de fútbol puedan financiarse al margen del sistema tradicional”, señala Gonzalo Mateo-Sagasta, director general de Excelend, una plataforma de financiación entre particulares.

De esta forma, al fútbol llegaría un nuevo tipo de inversor, que puede contribuir a reducir su elevado endeudamiento y a que los clubes sean rentables.

¿Por qué el fútbol no es un negocio rentable para los inversores?

Peter Garnry2Desde otra perspectiva, pero también aprovechando la final española en la Champions, Peter Garnry, jefe de estrategia de renta variable de Saxo Bank, se pregunta «¿por qué el fútbol no es un negocio rentable para los inversores?».

Uno de los problemas del fútbol en Europa son los elevados salarios de los jugadores. Este experto propone, como sucede en EEUU. «limitar los salarios de los jugadores, lo que instantáneamente cambiaría la dinámica de inversión, ya que la inflación salarial probablemente crecería más lentamente que los ingresos«. El reparto equitativo de los ingresos de los derechos de la Liga por televisión también podría cambiar el panorama financiero del fútbol.

«Por supuesto hay clubes que son capaces de mantener un alto nivel en el terreno de juego y ofrecer rendimientos fuera de él», reconoce Peter Garnry. Cita al Borussia Dortmund, ha promovido con éxito un modelo de desarrollo de jugadores, que después vende caro permitiendo que el precio de la acción registre una tasa de crecimiento compuesto del 22% entre 2003 y 2015.

«Pero por cada Dortmund, hay un Leeds United y Fiorentina, ambos clubes que se acercaron peligrosamente a la extinción», avisa. «Creemos que hay una volatilidad inherente en el sector que legisla en contra de tirar el dinero duramente ganado en el limitado número de clubes de fútbol que sí gozan de estar en la lista», insiste el experto del Saxo Bank-.

El rendimiento del capital invertido en el fútbol no es ni alto ni consistente. La naturaleza del negocio es la volatilidad de los ingresos y beneficios, dependiendo de los rendimientos de la Liga y  de las Copas, argumenta Garnry. «Históricamente, el fútbol ha sido una inversión muy pobre y no veo nada que cambie esto por ahora». La razón principal, opina,  es que «el fútbol europeo no tiene reglas económicas», lo que conduce a una ‘maldición del ganador’, donde los clubes están ofreciendo cantidades cada vez mayores a los jugadores de calidad.

«La estructura de pagos no es equitativa, con unos pocos clubes disfrutando de las partes más grandes del pastel económico. Por lo tanto, el incentivo es estar en la parte superior, pero sólo unos pocos clubes puede estar ahí arriba constantemente. Además, la oferta de jugadores de primera calidad es bastante escasa, experimentando una inflación masiva de la tasa de salario/traspaso», reflexiona el jefe de estrategia de renta variable de Saxo Bank.

«En realidad, es irónico que sea el capitalismo sin restricciones en el fútbol europeo, unido a la estructura de la Liga, lo que crea un entorno económico hostil y una escasa rentabilidad de la inversión», insiste.

«Por supuesto, en esta era de la marca mundial, la élite del fútbol puede seguir ordeñando los ingresos de todos los continentes con Asia, y China tal vez, ofreciéndoles el mayor potencial de crecimiento. Pero ¿qué sucederá cuando ya se hayan utilizado y ordeñado por completo? ¿Podrá crecer más el fútbol?», se pregunta Peter Garnry.

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