Pedro Larena, un especialista en banca comercial  (ha trabajado en Caja Madrid, Citibank, fue director general de Banesto entre 2003 y 2008, y era director de banca de particulares para Europa del Deutsche Bank desde 2009), es el elegido por el consejo de administración del Banco Popular para protagonizar, como consejero delegado, la «nueva etapa» del grupo.

«Una nueva etapa necesita un consejero delegado de un perfil totalmente distinto», argumenta Francisco Sancha, director general financiero, para explicar el relevo de Francisco Gómez, «que ha llegado a un acuerdo de prejubilación con el banco».

La nueva etapa, prácticamente una refundación del banco, aunque Sancha deja muy claro que «el Popular no va a cambiar su ADN», se caracteriza por la separación radical, a efectos de gestión, no jurídicos (no se crea sociedad alguna), entre el negocio principal, la banca comercial, que supone el 80% del total y el ‘ladrillo’. Dos situaciones muy diferentes: el negocio principal aporta 128.151 millones en activos, y unos beneficios en el primer semestre de 577 millones; el inmobiliario y asociado, 28.321 millones en activos, y unas pérdidas de 4834 millones en la primera mitad del año.

El foco estratégico no cambia: la rentabilidad. Pero ahora se concreta en que el grupo debe acercarse al 16,2% de rentabilidad sobre capital tangible (ROTE) del negocio principal, «no hay otro negocio en Europa con ese rendimiento», subraya Sancha. Aunque el objetivo para 2018 de todo el grupo es el 9%, para que se pueda destinar más del 40% del beneficio a remunerar en efectivo al accionista.

Al mismo tiempo, el Popular pone en marcha un «plan de optimización operativa», «un firme plan de reducción de costes», para acomodar la red de sucursales y la plantilla al nivel de ingresos actual. Ese plan generará un ahorro de 175 millones de euros anuales a partir de 2017. La letra pequeña, cuántas sucursales se cerrarán y cuánto empleo se destruirá, «todavía no está definida», y será una de las primeras tareas del nuevo consejero delegado.

Especialización del negocio principal

El negocio principal del Popular se gestionará mediante cuatro áreas especializadas: pymes, Popular Consumer Finance, banca mayorista, y fondos, seguros y valores. El Popular potenciará, con esa especialización, su relación con los socios (Allianz, Pepper, Värde, entre otros). Y quiere hacer valer su liderazgo en pymes, con una cuota de mercado del 17% en España; en tarjetas revolving, 30% en España y Portugal.

En banca mayorista (que engloba corporativa, Administraciones Públicas y grandes empresas), la nueva contratación se ha más que duplicado en el segundo trimestre sobre el primero, pero Sancha avisa que «no entraremos en operaciones especulativas aunque eso suponga reducir nuestro balance».

Popular Consumer Finance recoge los frutos de la compra de BarclayCard en España y Portugal, la alianza estratégica con Pepper, y la transformación del bancopopular-e en Wizink.

Fondos, seguros y valores destaca por su elevada rentabilidad, el fuerte crecimiento en gestión de patrimonios (+24,1%) y la ganancia de cuota en fondos de inversión. La búsqueda de un socio en Popular Banca Privada «sigue su curso, sin fecha», precisa Sancha.

Acelerar la liberación del ladrillo

El ‘ladrillo’ «no es un ‘banco malo'», aclara Sancha. El negocio inmobiliario y asociado incorpora 8.464 millones de crédito rentable, las participaciones del banco en empresas del sector, las operaciones hoteleras, de infraestructuras y de alquiler de inmuebles, entre otras, además de 11.150 millones en adjudicados netos.

La nueva unidad se centrará en acelerar la desinversión de activos improductivos. El segundo trimestre ha sido uno de los mejores en venta de inmuebles de los últimos 14. Y el banco detecta un «fuerte apetito comprador por parte de particulares, españoles y no residentes«, que han aumentado las ventas un 50% de un trimestre a otro. Las ventas de suelo se duplican también en ese período.

«Seguiremos aplicando criterios muy prudentes en la valoración de los inmuebles, y seremos especialmente conservadores en provisiones«, explica el director general financiero del Popular. En el semestre se ha hecho una provisión extraordinaria de 106 millones, para acelerar la venta del ‘ladrillo’, 740 millones de euros en la primera mitad del año. La idea es que la cobertura de los activos improductivos, que ahora es del 37%, sea el 50% a final de año. Y que durante este año, el banco destinará el beneficio obtenido a provisiones. Se mantiene el objetivo de tener el 45% menos de ‘ladrillo’ en 2018.