No me presione que yo no tengo nada que perder

14/09/2016

Álvaro Frutos.

La política española vive en euforias de patriotismo, recriminaciones de irresponsabilidad e interpretaciones de absurdos que terminan siendo aún más absurdas. Se ha creado un escenario de lo aparente que entre bambalinas no esconde nada, la nada como un absoluto. Ahora bien, está teniendo su eficacia llevando a los ciudadanos al desinterés, cansancio y abulia sobre la política y los políticos donde sólo cabe decir: ¡Paso de vosotros! Una situación perfecta para que nada cambie. Increíble que Rajoy siga teniendo crédito para algún ciudadano, e incluso le otorgue capacidad de revertir las consecuencias insolidarias de la crisis y de erradicar la corrupción de la vida política y empresarial del país. A estos ciudadanos hay que  condecorarles con el título de tontolaba del reino. Lo malo es que el roscón lo pagamos todos. Rivera se ha postulado recientemente a ello voluntariamente.

Ya está bien que para ser bueno, patriota y  de la new wave política  solo  se pueda pensar de determinada manera y en determinada dirección. Esto, aunque lo digan los Consejeros Bancarios; los de las grandes compañías; los medios de comunicación (sostenidos por los anteriores); los inocentes e influyentes cebrianes o gabilondos, que tanto se preocupan de los parados; los recortados;  los desahuciados desde sus confortables atalayas de bienestar.

¡Ya está bien! Vamos a intentar ser un poco serios en este país, o gritemos todos: ¡Viva el descojono! La democracia es alternancia y es el gobierno de la mayoría y el respeto a la minoría que aspira a ser mayoría. Hay millones de españoles que son de derechas y así votan, es respetable. Lo mismo que los que lo hacen a la izquierda.  En nuestro país hay millones de españoles que quieren como presidente a un señor, que para empezar, ha cobrado sobresueldos procedentes de comisiones de empresas por favores en la concesión de contratos públicos. Ello sin asumir responsabilidad política alguna y pensando que las urnas eximen de la desvergüenza. Esto no es entendible pero sí posible. En nuestro país sucede. Cada cual es cada cual.

Hay más millones de ciudadanos que votaron no a Rajoy que los que votaron sí. La cuestión es que ese No está fraccionado en una suerte de minorías de difícil combinación. Ello no quita valor a la negativa a Rajoy,  hay que respetar también su voluntad.  Forzar a las fuerzas políticas a variar el  sentido es menospreciar el voto ciudadano.

Ni patriotismo, ni responsabilidad. Dónde estaba el patriotismo y la responsabilidad de Rato, Bárcenas, Granados y otros protegidos de Rajoy. ¡Qué tomadura de pelo! La divisa nacional es la chulería, prepotencia, cinismo, falsedad, arrogancia y sobretodo desprecio al otro y servilismo ante los que patrimonializan el país. Patriotas de Panamá, Ginebra o Luxemburgo. Nos están haciendo perder el sentido de la dignidad.  Consentimos que los ministros espíen, reciban delincuentes en su despacho y sean tan tontos de dejarse espiar en el Ministerio del Interior, y Rajoy conocedor de ello.  España necesita otro tipo de patriotismo y de otros patriotas.

Ese personaje, para  el que se pide el apoyo o la abstención con vehemencia, está  rodeado de profesionales de la política  que no han trabajado en su vida de otra cosa. ¿Qué realidad de la vida ciudadana conocen? ¿Qué va a recriminar el Rey de la pijería política de Rafael Hernando? A sus 54 años no ha hecho otra cosa que vivir de la “teta de la política”. Hay muchos así. No tendría que haber ninguno. Por seguir viviendo del “chollo” se miente, manipula y falsea lo que haga falta.  Otros compañeros suyos son más de robo y de escarnio de lo público. Da lo mismo, vamos de tontos y se nos acongoja con que si nuevas elecciones, la UE, la unidad de España y que nos echen de Eurovisión.

Tan tontos como para creer las patrañas del “Expediente Soria”, un personaje digno de protagonizar cualquier película de Martin Scorsese, tal vez “Uno de los nuestros”, un tipo que ha dado un paso atrás no por vergüenza sino por miedo a que al hilo del Banco Mundial nos hagamos preguntas de lo que está detrás de un oscuro hacer político. Un tipo que según apareció en prensa, y no fue desmentido, dispone de dos números de DNI para sus diferentes negocios y que el primer nombramiento como Ministro fue designar notario de la Sociedad Pública ENRESA a  José Luis Ruiz Abad fedatario de sus negocios. Como diría su compañero Trillo ¡Vaya tropa!

El interés de España está en otros páramos pero no en los de Rajoy y sus acólitos. El bien de España es que no gobierne Rajoy.

El problema es del PP no de otros.  La crisis política viene de decir una cosa y hacer otra; de la incoherencia; de doblegarse a intereses y voces que tan sólo se representan a sí mismas. Los que rompan la coherencia por lo que digan unos y otros tendrán que atenerse a sus consecuencias.  En todo caso, los que tanto presionan están  muy, pero que muy, lejos de los problemas cotidianos de los ciudadanos. Ellos sí que tienen algo que perder.

 

(*) Abogado y consultor político. Fue director general del Gabinete de Crisis de Presidencia del Gobierno con Felipe González.

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