No hay más que ver cómo al otro lado del Atlántico parecen hacerse quedado sin fuerzas para salir de esta situación. Faltan fuerzas para subir pero no hay decisión para bajar. Lo vemos en este gráfico intradiario del S&P 500:

Parece un gráfico sacado del Ibex. Parece imposible que el índice suba, pero la verdad es que tampoco baja tanto si sólo consideramos la sesión a mercado abierto. No gana puntos, pero tampoco pierde tantos como cabría esperar…

¿Y por qué ha renacido la desconfianza en Wall Street?  Posiblemente por esto:

El S&P 500 lleva ya tres intentos baldíos de superar la directriz bajista de corto plazo que está actuando claramente como una resistencia. Que ocurriera las dos primeras veces pudo ser visto como normal por los operadores, pero el tercer topetazo contra la línea se produce cuando ya se sabe que la Fed no moverá los tipos. Pero ni con ese acicate logró superar la línea trazada en rosa.

Y sí, ahora mismo es cierto que Apple anda corrigiendo alguno de los excesos cometidos con su cotización tras la presentación del nuevo iPhone. Y también es cierto que Facebook está tan sobrecomprada que es imposible subir sin hacer un alto en el camino. Por tanto, nos hemos quedado sin dos de los principales catalizadores de las subidas de los últimos tiempos. Y Wall Street lo acusa porque no crean ustedes que hay muchos recambios.

Al cierre, el Dow Jones perdió un 0,91%, el S&P 500 un 0,86%, el Nasdaq 100 un 0,86%, el Nasdaq Composite un 0,91%, el Nyse Composite un 0,87% y el Russell 2000 un 1,09%.